viernes, 8 de mayo de 2020

CUERPO Y ALMA (reflexión corta)

CUERPO Y ALMA
Reflexión personal - Jaime González Dobles



En una de sus típicas preguntas,Bruce Masís Jiménez, una persona que tengo años de no ver, interrogaba:

"¿Si somos un CUERPO con alma o un ALMA con cuerpo?" ‎
Yo le respondí lo siguiente:

El alma es un mito. No es una cosa. Es un invento de hace bastantes siglos.
Los humanos somos un cuerpo con cuatro dimensiones existenciales: la material, la vital, la mental y la personal.

Esta última presenta dos expresiones centrales:
una apertura al mundo irreal de los valores
que llamamos ESPÍRITU
(lo que significaba históricamente "respiración mental")
y la CREATIVIDAD que es el esfuerzo de encarnar materialmente las imaginaciones:
En la conducta, en el arte, en la tecnología, etc.
Esto provoca el eje central de la persona: la CONCIENCIA..
Con la muerte. Se pierde el cuerpo.
La gran pregunta es saber si habrá
algún sustrato material que encarne la conciencia perdida:
Lo que se llamaba antes el cielo, el más allá, etc.

De otra manera, esta también se pierde. Pero como esto no se puede probar: es un mundo de CREENCIAS

lunes, 4 de mayo de 2020

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA CLAT

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA CLAT

Autor: Jaime González Dobles | Extracto de El Movimiento de los Trabajadores





La Declaración de Principios de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) ofrece una visión sintética de la relación del Movimiento de los Trabajadores con la paz, al señalar que “la solidaridad internacional del mundo del trabajo es la exigencia de luchar por un mundo, a la vez más universal, más justo y más humano". Pero esta meta implica una concepción integral del problema ya que “hace falta una solidaridad mundial, de la comunidad de todos los pueblos del mundo que deben comprender que ya no puede haber desarrollo, ni paz, ni progreso para unos pocos países privilegiados, si no hay desarrollo, paz y progreso para todos sin ninguna discriminación".

Al reconocer así la autodeterminación de los pueblos y la necesaria solidaridad en la constitución de la paz como fruto de la justicia entre todos los entes humanos de la tierra, la CLAT rechaza el imperialismo, el colonialismo, el armamentismo, el absolutismo, el racismo, la tecnocracia enajenante y las demás manifestaciones del desequilibrio internacional que impiden el progreso de la paz. Desde esta perspectiva, el mensaje de la CLAT se resume en estas palabras:

"Solamente se logrará la paz en la medida que se superen las diferencias existentes entre los países ricos y los países pobres y entre las minorías privilegiadas y las grandes mayorías marginadas de nuestras sociedades injustas.
"No habrá paz mientras no se cambie el actual sistema de violencias que se aplican contra las mayorías populares por parte de grupos oligárquicos que quieren seguir conservando
sus privilegios. No habrá paz mientras exista hambre, miseria, explotación del ente humano por el dinero, represión y dictadura.
"El nuevo nombre de la paz es el desarrollo integral. Pero el desarrollo integral solamente será fruto de la liberación y de la revolución de los pueblos para tomar en sus manos su propio destino. El camino de la paz pasa en América Latina por el camino de la revolución y en el mundo por el camino de una efectiva justicia internacional".

La acción del Movimiento de los trabajadores debe prolongarse en líneas de continuidad y de profunda coherencia, desde lo local hasta lo internacional, para crear un mundo nuevo con un orden adecuado en lo económico, lo político, lo social y lo cultural, como garantía efectiva de la construcción de la paz.

viernes, 24 de abril de 2020

PAZ Y DESARROLLO

PAZ Y DESARROLLO

Extracto del texto: EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES

                                                         Autor: Jaime González Dobles




La paz es esencial para que la humanidad abra caminos de sólido progreso y el ente humano continúe su esfuerzo de plena realización. La conquista y realización de la paz, nacional y mundial, depende de una visión global del desarrollo. Con un renovado sistema de valores, el nuevo desarrollo exige diseños de estrategias y propuestas programáticas a partir de cada realidad nacional, con amplia colaboración, pero no imposición internacional. La paz es así requisito y objetivo fundamental de estas metas.

El nuevo desarrollo debe ser un proceso endógeno y abierto, que respete el entorno natural y promueva las potencialidades creativas de la naturaleza humana, en función de su identidad e historia propias. El desarrollo endógeno se fundamenta en la identidad cultural de cada pueblo, que debe cuestionarse y buscar soluciones autóctonas a sus problemas, sin copias mecánicas de lo exterior, pero respetuosas de los aportes positivos de la experiencia ajena.

Con capacidad de autogestión colectiva, cada pueblo tiene que ingeniarse maneras de transformar en recursos de desarrollo los elementos de su naturaleza, de su medio ambiente y de sus tradiciones culturales. El desarrollo tiene que ser una convivencia armónica con la naturaleza en función de la lógica de las necesidades básicas de todos sus habitantes, y no su depredación irracional y arbitraria.

Las condiciones actuales requieren la promoción del trabajo humano como condición de éxito en el desarrollo integral. Ejercido en forma libre y justa, participativa y solidaria, dentro de una sociedad pluralista, con opción por los pobres y revaloración de la ética social, el valor del trabajo es esencial para el desarrollo y la paz.

La realización de este ideal requiere el aporte de la creatividad y participación populares; la construcción y refuerzo de la independencia de las naciones; el reforzamiento y ampliación de la sociedad civil; la satisfacción de las necesidades básicas; así como la urgencia de conformar esferas de organización social de bases democráticas, ligadas a una autoridad política competente.

El desarrollo supone así nuevas estructuras, instituciones y funcionamiento social que se caractericen por una transformación de la calidad de las relaciones sociales, al abolir las diferentes formas de explotación, de desigualdad, de dominación, de represión, de injusticia, de manipulación y alineación.

viernes, 17 de abril de 2020

EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES ANTE LA PAZ

EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES ANTE LA PAZ

 extracto del texto: EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES
                                                   Autor: Jaime González Dobles




La solidaridad del Movimiento de los Trabajadores tiene un compromiso esencial con la adquisición de la paz, nacional, regional y mundial. Al respetar las divergencias religiosas, filosóficas, culturales y políticas de sus miembros, así como el derecho de los pueblos y de las personas a su autodeterminación, el Movimiento de los Trabajadores no adopta una posición neutral con respecto a su futuro y destino.

La visión de la realidad del Movimiento de los Trabajadores es una posición comprometida, que exige la superación de la injusticia; el respeto a la libertad y al compromiso, individual y social; en fin, la búsqueda y creación de una Nueva Sociedad, como garantía de fidelidad a los valores humanos del mundo del trabajo.

 La utopía inspirada así por el Movimiento de los Trabajadores se concreta históricamente al lograr avances en cada uno de los frentes ligados a la realización de un mundo donde los entes humanos trabajen y vivan en pleno sentido humano. Pero la creación de una Nueva Sociedad no es algo que pueda hacer solo el Movimiento de los Trabajadores. Su éxito depende de una compleja construcción mundial de la paz. Esta no es un fenómeno ajeno al mundo del trabajo. Muy por el contrario, la paz es una realidad que se alimenta de la savia humanizada del trabajo organizado en cada sociedad.

Por eso, la necesaria creación de una Nueva Sociedad, acorde con los principios del auténtico trabajo humano, responsable, justo y comunitario, fundamenta la profunda solidaridad del Movimiento de los Trabajadores y su compromiso con la instauración de la paz mundial.

El Movimiento de los Trabajadores reconoce a cada ente humano, igualdad de destino y derecho a participar, con plena responsabilidad, en la construcción humanizadora del mundo. El reconocimiento de esta igualdad fundamental entre los entes humanos, debe buscar constantemente la creación de una sociedad que respete este valor esencial. Impone así la necesidad de luchar contra la discriminación fundada en la lengua, el sexo, la cultura, la nacionalidad, la raza, la especialidad laboral o el origen social.

Asimismo, el trabajo debe ser fuente de transformación de la naturaleza, de la creación de riqueza, del bienestar social y familiar, de la educación y formación profesional. Pero todo derecho engendra deberes. Por eso, cada trabajador debe participar en la construcción del desarrollo, de la democracia, de la paz y de la justicia. Esta vocación integral del ente humano lo hace siempre sujeto de la historia y responsable de la paz y bienestar de su sociedad.
Pero los defectos en la organización social del trabajo, como microbios en el organismo, provocan síntomas dramáticos que convulsionan al cuerpo social con diversas enfermedades entre las cuales están la guerra y la violencia. Por eso, la construcción de la paz depende en mucho de la adecuada solución de problemas laborales.

viernes, 3 de abril de 2020

Introducción de Nuevo Libro - Democracia Cristiana y Revolución Popular


DEMOCRACIA CRISTIANA

Y

REVOLUCIÓN POPULAR







Autor: Jaime González Dobles






Compartimos con nuestros amigos la introducción de mi libro más reciente.

INTRODUCCIÓN



He escrito este trabajo como un pensador socialcristiano. Es por ello un pensamiento comprometido. Mi exposición tiene un sabor un tanto crítico. Sin embargo, dicha crítica la hago, al mismo tiempo, como filósofo y como demócrata cristiano, tratando de purificar desde dentro nuestra lucha política. El filósofo no debe ser una persona que elude la realidad histórica, sino la expresión de una conciencia que afronta racionalmente el mundo en que se desenvuelve. El presente trabajo es una toma de posición.

Los temas tratados en este estudio responden a un sentimiento bastante generalizado entre todos aquellos que pretenden convertir a los Partidos Demócratas Cristianos en una verdadera fuerza revolucionaria en América Latina. Sin embargo, la mayoría de los compañeros de lucha no llegan frecuentemente a clarificarse la inquietud que sienten. Por ello, espero que el presente trabajo les sea de utilidad en la toma de conciencia de lo que ya han vivenciado en su experiencia política concreta. La labor del filósofo es la reflexión que convierte las vivencias personales y sociales en experiencias expresadas teóricamente.

Nuestro objeto de estudio no es fácil de precisar. Hablar de la Democracia Cristiana es sumamente difícil pues no es cómodo delinear lo que se entiende concretamente por dicha denominación. Algunos usan el término Democracia Cristiana para referirse a todo un cúmulo de esfuerzos de pensamiento y acción que se dan en la vida social y política para buscar soluciones a los problemas actuales en la línea de un pensamiento inspirado del cristianismo. Otros, en un sentido más preciso, reducen el término Democracia Cristiana a las posiciones de los Partidos Demócratas cristianos y de sus dirigentes. Sin embargo, entre las personalidades que militan en los partidos hay frecuentemente tesis contrapuestas sobre una serie de puntos que, si bien no son necesariamente contradictorios con respecto a las posiciones doctrinarias de los partidos, implican diferencias sustanciales en el orden de la acción política concreta. En esta natural divergencia de criterios, ningún dirigente o pensador puede, con plena validez, atribuirse la ortodoxia demócrata cristiana.

En el presente trabajo, tomaremos como punto de referencia suficientemente significativo, únicamente los documentos oficiales de los Partidos Demócrata Cristianos. Además, con el fin de evitar las divergencias que pudiera haber entre los diferentes partidos según las naciones, las regiones y los liderazgos de determinados dirigentes, le daremos mayor énfasis a los documentos de los organismos internacionales. Para evitar confusiones terminológicas, a las posiciones personales de los diferentes dirigentes y pensadores, a las reflexiones sociales de todos aquellos que tratan de enfocar la problemática política, económica y social actuales desde una posición inspirada en el cristianismo, las ubicaremos dentro de lo que llamaremos, en términos genéricos, el pensamiento socialcristiano.

La Democracia Cristiana será para nosotros simplemente una de las manifestaciones históricas del socialcristianismo: aquella que corresponde a los Partidos Demócrata Cristianos, es decir, a aquellos partidos que forman parte de la Unión Mundial Demócrata Cristiana (UMDC), fundada en 1961 en Santiago de Chile y cuya secretaría general tiene su ubicación en Roma, constituida a su vez por organismos regionales, entre los que sobresalen por su importancia la Unión Europea Demócrata Cristiana (UEDC), la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) v la Unión Internacional de Jóvenes Demócratas cristianos (UIJDC).

Al hablar de revolución, no partimos de una tesis marxista. El marxismo no es más que una interpretación entre otras de un fenómeno social del mundo de las relaciones humanas. Nuestra tesis no es una evaluación marxista del socialcristianismo. Por el contrario, pretende ser una interpretación socialcristiana de un hecho histórico. Al partir de la convicción personal de que las condiciones económicas, sociales y políticas actuales de América Latina exigen una acción revolucionaria, considero que la Democracia Cristiana debe ser evaluada en su respuesta concreta ante este desafío.

Los Partidos Demócratas cristianos de América Latina suelen hablar en sus documentos internos de la revolución. Lo mismo hacen los principales autores y dirigentes de esas instituciones. Pero muchos de los que se autodefinen a sí mismos como revolucionarios evitan afrontar el tema de la lucha de clases. Los Partidos Demócratas cristianos europeos casi no hablan de revolución y, mucho menos, de la lucha de clases. Por ello, para algunos el simple titulo de este estudio es ya profundamente escandaloso.

Como miembro de un Partido Demócrata Cristiano latinoamericano, que milita en dicha organización política con la esperanza de contribuir a un cambio revolucionario en América Latina y fundamentalmente en su país natal Costa Rica, considero que es de extrema urgencia aclarar las relaciones que existen entre la Democracia Cristiana, como organización política, y la lucha de clases, como fenómeno social para ubicar correctamente el tema de la revolución popular.

Interpreto la lucha de clases como la manifestación fundamental del conflicto social en nuestro mundo capitalista actual. Asumo, por consiguiente, la lucha de clases como la condición indispensable para que se dé un cambio revolucionario, es decir, una transformación sustancial de nuestra sociedad. Más que aclarar la lucha de clases desde la Democracia Cristiana, lo que pretendo es tratar de aclarar la Democracia Cristiana desde la lucha de clases. A lo largo del estudio, se podrá verificar la riqueza del enfoque. Sin embargo, resumiendo, podríamos decir que el tema central del presente trabajo es un enfoque socialcristiano del conflicto social v una evaluación de la Democracia Cristiana desde esta perspectiva.

Nuestro punto de partida puede parecer arbitrario. Sin embargo, creo que se justifica. La lucha de clases es un hecho real. Se puede discutir sobre sus implicaciones y condiciones, sus alcances v limitaciones, pero no se puede desconocer su existencia. El problema fundamental que debemos abordar es la interpretación que se le ha dado en el pensamiento socialcristiano tradicional. Por ello, este trabajo es fundamentalmente filosófico, ya que la filosofía es el esfuerzo racional del ente humano por entender su realidad en toda su globalidad.

Como filósofo personalista, profundamente influenciado por el cristianismo, no parto en este trabajo de la interpretación marxista de la lucha de clases, sino de las interpretaciones sociales inspiradas en la visión del mundo de los cristianos. Nuestra meta esencial será la búsqueda de coherencia interna del pensamiento socialcristiano con respecto al conflicto social y el análisis de las interpretaciones anteriores con el más alto sentido crítico. Indudablemente, dicha crítica no podrá ser nunca absoluta, pues todo pensador parte, lo quiera o no, de ciertas suposiciones, de ciertas creencias sobre la ciencia, la realidad y el ente humano mismo. Al autodefinirme como personalista, expongo implícitamente mis supuestos básicos.

Las tesis sostenidas en este escrito serán polémicas. Las críticas que se podrían hacer a mis análisis vendrían de dos fuentes diferentes. Por una parte, existen las críticas de aquellos que partiendo de supuestos diferentes a los del autor, enjuician críticamente sus supuestos. Por otra parte, existen las críticas de los que aceptando los mismos supuestos teóricos del autor, tratan de mostrar ciertas incoherencias en los planteamientos. El primer tipo de enjuiciamientos, aunque es válido, sobrepasa necesariamente las pretensiones de este trabajo.

La filosofía no es una labor hecha de antemano, sino que se enriquece históricamente por el enfrentamiento dialéctico de las diversas concepciones. Sin embargo, cada autor tiene que partir de un enfoque determinado y llevarlo hasta sus últimas consecuencias teóricas. Indudablemente, mi interpretación tendrá sus adversarios y estos los suyos. Pero la calidad filosófica de cada pensador depende de su coherencia interna. Por ello, el segundo tipo de críticas es, para mí, el más pertinente. Lo que estos críticos puedan hacer con mis planteamientos es lo que trato de hacer con las visiones tradicionales del socialcristianismo: buscar la coherencia interna de un planteamiento.

Para la mayoría de los pensadores socialcristianos nuestras hipótesis de trabajo serán exageradas. Por ello, el planteamiento de las hipótesis iniciales implicará una serie de justificaciones teóricas e históricas. En resumen, nuestro punto de partida consiste en demostrar que la influencia religiosa, que pesa sobre los orígenes de la Democracia Cristiana, ha llevado a los teóricos de los partidos a formulaciones basadas en una concepción moralista de la vida política. Dicha influencia religiosa ha determinado una acción profundamente cándida en muchos aspectos y una posición real, a nivel político, de indefinición en cuanto a las posibilidades históricas de la realización de la revolución que se enuncia teóricamente.

Sin embargo, las circunstancias dramáticas de la sociedad latinoamericana han forzado a los partidos del área a comprender la importancia de una sociología conflictual. Pero la conciencia de esta necesidad no es un hecho generalizado, sino un apunte que toma relieve diverso según los países y las personalidades. No obstante, es un hecho real a pesar de sus limitaciones. La intención de este trabajo es proyectar algún rayo de luz en esta penumbra.

Por falta de una sociología propia del conflicto social muchos de los socialcristianos que buscan un cambio radical de la sociedad terminan adquiriendo una posición ideológica amorfa, a pesar de la claridad con que expresan sus principios metapolíticos. Por ausencia de un sustento propio en el análisis de la realidad social los cristianos con real preocupación revolucionaria han tenido que recurrir a sociologías importadas. Esto acarrea serios conflictos internos dentro de los Partidos Demócrata Cristianos, los cuales engendran a veces divisiones o enfrentamientos entre grupos y personas.

El problema teórico se convierte así en un conflicto práctico. Sin embargo, nuestro nivel de análisis se va a limitar a los aspectos teóricos. En esta dimensión se ubica la problemática a tratar. Por una parte, la falta de claridad conceptual sobre la sociología del conflicto social ha conducido, directa o indirectamente, a soluciones sociales de corte reformista. Por otra parte, en la elaboración conceptual de la sociedad futura que presentan los pensadores y los partidos latinoamericanos, la sociedad comunitaria se convierte, en la acción concreta, en una posición más mitológica que ideológica. Finalmente, aquellos que toman mayor conciencia de la problemática del conflicto de clases recurren a planteamientos foráneos y terminan siendo frecuentemente expulsados de la Democracia Cristiana bajo el cargo de infidelidad ideológica.

Muchos de ellos han constituido organizaciones políticas independientes. En este sentido, los errores del pasado se convierten en elementos disociadores, en lugar de convertirse en las fuerzas renovadoras y enriquecedoras que deberían ser. El error debe ser un desafío: un llamado a la creatividad intelectual y social. Como militante de un Partido Demócrata Cristiano entiendo así el problema. La crítica de fallas anteriores no son para mí más que un punto de apoyo para iniciar nuevos caminos v no una escapatoria fácil a un compromiso previamente adquirido.

Vamos a establecer algunas precisiones conceptuales. Las hipótesis planteadas en el primer capítulo nos llevan a tratar de aclarar las diversas dimensiones de la política, cuya realidad es siempre multifacética. Este análisis conceptual nos hace distinguir cuatro aspectos fundamentales de lo político, que llamaremos la doctrina (la metapolítica), el análisis político, la ideología y la acción política propiamente dicha. Cada uno de estos aspectos tiene sus características propias, sus pormenores y problemas específicos.

Nuestra intención no consiste en desarrollar, en forma exhaustiva, estos cuatro aspectos de lo político, sino en mostrar cómo inciden en el planteamiento del problema que nos ocupa, la interpretación demócrata cristiana de la revolución popular. En este primer capítulo, nos interesa sentar las bases para poder explicar la manera concreta cómo la Democracia Cristiana funciona a estos diversos niveles y las consecuencias que tiene dicha actuación con respecto a la interpretación de las relaciones entre las clases sociales.

En el análisis de la ideología, marcaremos la diferencia existente entre lo que denominamos ideología propiamente dicha (la toma de posición efectiva ante una realidad histórica) y la mitología política (el proceso de ocultamiento de la realidad histórica mediante la creación de interpretaciones fantasiosas históricamente desubicadas). En este sentido, tomamos el término ideología en una acepción más moderna y usamos la palabra mitología para referirnos a lo que Marx llamaba ideología.

En el tercer capitulo, vamos a analizar el pensamiento y la acción socialcristianos tradicionales, que han influido y siguen influyendo las posiciones demócratas cristianas, para evidenciar lo que habíamos indicado en el planteamiento del problema, enunciado en el segundo capítulo. Los socialcristianos suelen apelar al sentido del deber y olvidan cándidamente las condiciones sociales reales que determinan la conducta social del ente humano. Por ello, suponen que se puede ayudar a los pobres a salir de su pobreza, sin oponerse a los intereses objetivos y a la beligerancia de los opresores.

Hablar de opresión les parece, la mayoría de las veces, muy poco cristiano; frecuentemente, el concepto de opresión lo interpretan como una infiltración marxista, porque suponen que los ricos pueden resolver los problemas sociales con una pequeña o gran dosis de buena voluntad. Ignoran sistemáticamente el análisis de las condiciones objetivas que engendran los intereses de clase y de su papel en la dinámica social. Pero, para los socialcristianos que plantean seriamente el problema de la revolución popular, este enfoque tradicional de la realidad no ofrece ninguna base firme a la acción política efectiva. La visión estática y moralista de la Democracia Cristiana tradicional solamente ha podido dar un apoyo a una acción política de corte reformista.

La visión tradicional analizada domina los pronunciamientos de la Democracia Cristiana en sus documentos internacionales. Indudablemente, se notará una diferencia marcada entre las posiciones europeas y algunas indicaciones del pensamiento latinoamericano. Sin embargo, la división más tajante se establece entre las declaraciones de los Partidos Demócrata Cristianos, a través de sus organismos internacionales, y los pronunciamientos de la juventud demócrata cristiana. Los jóvenes parecen captar mejor la profundidad del cambio revolucionario y sus exigencias de una acción que se inserte en la dinámica del conflicto social mientras que los partidos se diluyen en la resolución de problemas más inmediatos y menos ligados directamente con el cambio estructural necesario.

Me sentiría muy satisfecho si mi modesto aporte permitiera abrir un debate más amplio en el que la respuesta surgiera de la colaboración de muchos pensadores, igualmente inquietos y tal vez mejor informados. Sin embargo, creo que los pocos aportes que pueda hacer, vienen a llenar en parte un vacío.

En el cuarto capítulo, vamos a gestar algunas consideraciones conceptuales sobre el tema de pueblo y política. Este análisis tiene las características generales de buscar una orientación sociológica. No pretende ser una sociología propiamente dicha, sino una indicación de algunos supuestos teóricos, sobre los que creemos que debiera trabajar una sociología socialcristiana. Además creemos que dicho análisis puede establecer algunas bases generales para una conceptualización socialcristiana de la realidad social que nos permita ubicarnos ideológicamente en términos de la revolución popular.

En un primer acercamiento, explicamos el concepto de poder. El análisis de dicho concepto nos lleva a establecer algunas consideraciones filosóficas, en las que se define ya una divergencia de interpretación con los marxistas ortodoxos para quienes la estructura económica es primordial. Posteriormente, vamos a aclarar el sentido en que tomarnos la palabra pueblo. Más allá del concepto tradicional en el que pueblo se identifica con la población total de un país, nosotros vamos a darle a la palabra pueblo una acepción más ideológica, la que refiere directamente a la condición de aquellos grupos marginados de la sociedad, los dominados y explotados por un sistema social existente, que para defender sus intereses tienen objetivamente que enfrentarse a la estructura social dominante. Esto nos conduce a la necesidad de establecer nuevas precisiones conceptuales. El poder nos aparece así como una fuente constante de marginación social. Al definir la democracia como un ideal social de participación popular, el fenómeno de la marginación social nos define las condiciones objetivas de la revolución popular: el conflicto de intereses.

En el capitulo quinto, vamos a ofrecer algunas consideraciones sobre la necesidad y las condiciones del cambio social radical. Empezaremos por definir conceptualmente lo que entendemos por revolución. Luego iremos haciendo algunas indicaciones sobre algunas de las condiciones del proceso revolucionario. Dicho proceso implica condiciones objetivas y subjetivas. Objetivamente, la revolución nos ubica en el conflicto social determinado por los intereses objetivos de los participantes. Subjetivamente, el proceso revolucionario depende del compromiso personal.

Aquí es necesario retomar la perspectiva moral del pensamiento socialcristiano, pero ubicándola en una dimensión histórica objetiva. Las exigencias del compromiso revolucionario nos llevan a la necesidad de aclarar una serie de fallas cometidas por los que se autodenominan a sí mismos como revolucionarios. Terminaremos con el análisis somero de las condiciones de la acción revolucionaria y de su respectiva estrategia.

Este capítulo dejará, en gran medida, el método descriptivo, para utilizar más los recursos reflexivos. Refleja, por consiguiente, la postura del autor y no la posición de la Democracia Cristiana. Casi podríamos decir que recoge lo que el autor espera que la Democracia Cristiana se plantee y ofrece algunas vías de orientación filosófica al respecto.

Como latinoamericano, espero que mis aportes y las críticas que hago a las incongruencias de la Democracia Cristiana, encuentren mayor acogida en nuestro continente que en la vieja Europa. En mis viajes por América Latina he constatado la profunda inquietud y las intenciones revolucionarias de muchos miembros de los Partidos Demócratas Cristianos. Para ellos escribo.

Mis críticas a las posiciones ideológicas de la Democracia Cristiana no afectan a los partidos y personajes que han tomado una posición más neta en la lucha popular. Cuando me refiero a la Democracia Cristiana sin más, no aludo a un partido específico y menos a cada uno de sus militantes, sino a la globalidad de los partidos adscritos a la Unión Mundial Demócrata Cristiana. Dentro de ella encontramos partidos que van en la línea de la búsqueda de una respuesta política a la verdadera lucha popular y partidos que la ignoran. Más aún, dentro de un mismo partido, existen personas y grupos que representan diferentes líneas en la acción, en la interpretación de la realidad y en el compromiso efectivo con el pueblo. Para los más progresistas espero ser un rayo de luz y de esperanza. Para los otros, confío en que mis críticas los hagan reflexionar.

Esta introducción tiene la intención fundamental de ubicar el problema a analizar en el presente estudio. La hipótesis general de la que partimos es que la Democracia Cristiana se ha contentado con formulaciones moralistas en su análisis social lo que la ha llevado a una acción ambigua en la política concreta. De esta hipótesis general se den van dos hipótesis especificas. En primer lugar, la concepción moralista de lo político ha llevado a la Democracia Cristiana a descuidar el análisis sociológico del conflicto social y a eludir el planteamiento realista de las incidencias del conflicto social en la definición de las metas políticas. En segundo lugar, la imposibilidad de ignorar totalmente la realidad del conflicto social ha forzado a muchos demócratas cristianos a tener que buscar apoyos foráneos en su búsqueda de orientación ante las exigencias políticas del conflicto social. Esto ha provocado una crisis, cuya solución depende del acierto con que la Democracia Cristiana logre definir una sociología del conflicto social acorde con sus principios doctrinarios.

Por la ausencia de una sociología del conflicto social compartida entre sus miembros, la Democracia Cristiana a nivel mundial se convierte en un movimiento político ideológicamente amorfo. Se suelen presentar así como planteamientos ideológicos una serie de reflexiones doctrinarias. Ciertamente, la Democracia Cristiana posee un planteamiento doctrinario, neto y definido. Pero, a nivel de la interpretación de la acción política concreta, carece de un análisis social y de un planteamiento ideológico preciso. Sus posiciones se vuelven terriblemente ambiguas en América Latina, donde los partidos v los dirigentes asumen diversas posiciones. En nuestro continente, la Democracia Cristiana ofrece un abanico desplegado de interpretaciones que cubren desde posiciones conservadoras, pasando por diversos matices de generosidad paternalista o socorrista, hasta llegar a afirmaciones y acciones profundamente revolucionarias.

Los Partidos Demócratas cristianos de América Latina suelen hablar de la revolución y definen un ideal de sociedad que llaman el comunitarismo o la sociedad comunitaria. Nuestro problema consiste en saber efectivamente lo que significan esos planteamientos en la dinámica social concreta.

El presidente actual de Venezuela, Luis Herrera Campins, en su discurso como secretario general de ODCA pronunciado en la instalación del Seminario ODCA CLAT realizado en enero de 1974, comentaba las vías posibles del cambio social enunciadas por los sindicalistas en sus documentos: la vía de la evolución, la vía de la reforma y la vía de la revolución. Después de caracterizar las dos primeras, indicaba:
‘‘La vía de la revolución, por el contrario es un cambio acelerado, profundo, planificado desde un punto de vista ideológico en cuanto a la obtención de objetivos estratégicos. Es un cambio popular, porque supone la participación organizada del pueblo. Y, al fin y al cabo, es un cambio global porque busca establecer una nueva sociedad. No es una vía necesariamente violenta, pero puede serlo, según las condiciones en que el proceso revolucionario se plantee”. [1]

Después de esta caracterización conceptual bastante generalizada en los ambientes demócratas cristianos de América Latina, Herrera Campins sostenía que no encontraba diferencia en cuanto al enfoque que hacían los sindicalistas y concluía diciendo que “no cabe duda de que unos y otros preferimos la última vía, por rápida, por acelerada, por planificada y por global. Y porque ofrece, necesita y clama por la participación social del pueblo. Mientras que la evolución no nos convence por su lentitud y la reforma no nos convence por su parcialidad”. [2]

Conceptualmente, el enfoque de Herrera Campins me parece correcto. Sin embargo, me surge inmediatamente una inquietud. ¿Esa definición de la importancia del proceso revolucionario es realmente la orientación efectiva de la acción de los Partidos Demócratas Cristianos de América Latina? La respuesta a esta pregunta no es clara. En el presente trabajo, pretendemos demostrar que, por ausencia de una sociología del conflicto social dicha afirmación se mantiene a un nivel de aspiraciones, pero que en la práctica política es más bien un recurso retórico que una clara orientación política.

En su pronunciamiento, Herrera Campins insiste en que la revolución tiende a constituir una nueva sociedad. En América Latina se suele usar el nombre de sociedad comunitaria o comunitarismo, para referirse a dicha organización social. Roberto Papini, conocido miembro del Instituto Internacional de Estudios Demócratas Cristianos, con sede en Roma, en un estudio reciente sobre la identidad de la Democracia Cristiana, resume en estos términos la sociedad comunitaria

"Las características principales del "proyecto comunitario" definidas por los teóricos demócratas cristianos de América Latina (con todas las diferencias existentes) pueden, de cierta manera, ser resumidas como sigue
a) la economía, que conserva el mercado, está subdividido en tres sectores; público (las empresas que tienen una importancia, estratégica para el país), privado (sobre todo el dominio de las pequeñas y medianas empresas): comunitario (las empresas que tienen un sistema de autogestión o de cogestión de los trabajadores). Los tres sectores son guiados por una planificación, democrática en su elaboración, pero, en ciertos dominios, imperativa en la ejecución (no hay acuerdo unánime con respecto a esta ejecución impuesta): el crédito debe estar, en la medida de lo posible, controlado por el organismo encargado de la planificación,
b) la organización social se funda sobre la promoción popular asegurada por las comunidades intermedias (desde los sindicatos hasta las juntas de vecinos y las organizaciones más diversas) que tienen un poder real en la sociedad (según el principio de subsidiariedad. el Estado debe delegarles el mayor número posible de competencias);
c) la formación cultural y el sistema escolar juegan un papel fundamental en la creación de nuevos valores comunitarios (típicos, por otra parte, de nuestra época) y en la formación del ente humano comunitario;
d) la información debe ser libre y el libre acceso a ella deberá ser garantizado a todos los ciudadanos;
e) la democracia debe promover los valores de la justicia y de la libertad: implica el pluralismo de los partidos y de las asociaciones libres; se basa así sobre una concepción frecuentemente "instrumentalista" del Estado;
f) en el plano internacional la personalidad de cada país debe ser respetada ("nacionalismo democrático") y la búsqueda de la paz no debe fundarse únicamente sobre acuerdos diplomáticos, sino, sobre todo, sobre la integración continental sobre la solidaridad entre los pueblos sobre bases culturales y sociales igualitarias (justo orden económico y social) y sobre el respeto de los derechos del hombre ". [3]

No intento, en este momento, discutir la corrección o incorrección del proyecto político propuesto. Me interesa más bien tratar de aclarar la vía de acceso a dicho modelo de sociedad. El problema que enfrentamos es un problema de coherencia en la acción. En América Latina, la mayoría de los demócratas cristianos afirman la necesidad de una revolución. Al hablar de ella presuponen en los partidos una voluntad política de provocar un cambio social radical que desemboque en un nuevo tipo de sociedad. Si analizamos las declaraciones de los partidos y de sus dirigentes, sobre todo los documentos internos que emulan entre los militantes (generalmente poligrafiados), sentimos un esfuerzo sincero, a nivel conceptual de definir un modelo de sociedad propio que permita un mayor respeto de la dignidad de la persona humana Pero, si analizamos la conducta efectiva de los partidos, encontramos una línea de acción muy discutible desde el punto de vista de una real revolución. Esta contradicción interna será el hilo conductor de nuestro planteamiento: la historia global de la Democracia Cristiana pesa, en forma muy importante, en los esfuerzos latinoamericanos por buscar nuevas vías y en los problemas que enfrentan dichos enfoques. Según el grado de ruptura que exista con respecto a la visión tradicional y la adopción, en el análisis político, del hecho de la lucha de clases, los planteamientos de los latinoamericanos difieren sustancialmente.

Roberto Papini, al analizar las nuevas vías, nos ofrece el siguiente cuadro:

“En su búsqueda teórica de la construcción del proyecto comunitario, los demócratas cristianos latinoamericanos están divididos al menos en tres corrientes (presentes en todos los partidos) que el pensador chileno Claudio Orrego Vicuña distingue así: un comunitarismo espiritualista, que no se refiere únicamente a las transformaciones socio-económicas de la sociedad, sino que pone igualmente el acento sobre la revolución moral para llegar a una sociedad fraternal de profundo contenido ético v humano; un comunitarismo que se preocupa principalmente del cambio de las estructuras económicas a través de la realización de la propiedad comunitaria; un socialismo tendiente a incluir el comunitarismo en la familia socialista. En nuestros días, esta distinción está, en realidad, pasada de moda por una bipolarización entre los demócratas cristianos que son, sobre todo, sensibles a las conquistas de la democracia (política y social) y aquellos que aceptan un análisis de la sociedad, fundado en la lucha de clases a nivel nacional e internacional y para el que la democracia es, en cierta medida, el punto de llegada de la liberación". [4]

Estas observaciones de Papini nos manifiestan el problema concreto. Algunos demócratas cristianos aceptan la lucha de clases. Pero, ¿cuál es su grado de influencia dentro de los partidos? ¿Hasta dónde no son más que pequeños grupos sin real poder político? Además, ¿que apoyo pueden tener a nivel internacional cuando la mayoría de los partidos siguen una visión tradicional? Para acercarnos a dicha problemática, vamos a empezar por ubicar la visión tradicional y desembocar luego en algunos de los planteamientos más abiertos a las nuevas perspectivas.



[1] INFORME ODCA, No. 4, febrero de 1974. Caracas, Venezuela. Luis Herrera Campins, “Introducción a la realidad política y social de América Latina", p. 82.
[2] INFORME ODCA, No. 4, febrero de 1974. Caracas, Venezuela. Luis Herrera Campins, “Introducción a la realidad política y social de América Latina", p. 82.
[3] PAPINI Roberto, Qelle identité pour la Démocratie Chretienne, (Institut International Démocrate Chrétien d’Etudes, Cahier 22 Roma, 1978. p. 48-49.
[4] PAPINI Roberto, Qelle identité pour la Démocratie Chretienne, (Institut International Démocrate Chrétien d’Etudes, Cahier22 Roma, 1978. p. 47.




martes, 24 de marzo de 2020

ADAGIOS Y AFORISMOS - QUINTA PARTE

ADAGIOS Y AFORISMOS

QUINTA PARTE





Autor: Jaime González Dobles


Cada cual tiene su manera de ser. A mí me encanta hablar en la medida de lo posible a la manera de la gente de la calle. Desgraciadamente, por mi formación filosófica, esta intención es bien difícil. No obstante, como siempre he tratado de conversar de la manera más sencilla posible dentro de la redacción de un intelectual, he recogido en este trabajo algunos de mis escritos cortos que se acercan de alguna manera a los proverbios, los aforismos, los adagios, los refranes o las sentencias más tradicionales.
La quinta parte de ADAGIOS Y AFORISMOS, continúa con la publicación de ciertas frases cortas aparecidas progresivamente en mi biografía de Facebook a partir del 2014, acompañadas de algunos comentarios de mis amigos. Esta inclusión de los aportes ajenos trata de mantener el espíritu dialogal de los Dichos de café incluidos en la primera parte de este copioso trabajo.


-29-12-2013  

LA CONDICIÓN POLÍTICA
NO ES ASUNTO SOLO
DE LOS CANDIDATOS.
ES UNA RESPONSABILIDAD CIUDADANA
QUE SE VIVE DÍA A DÍA Y NO SOLO
EL DÍA DE LAS ELECCIONES.

lunes, 16 de marzo de 2020

ANÉCDOTAS DEL 2013 - CUARTA PARTE

ANÉCDOTAS DEL 2013

CUARTA PARTE



Jaime González Dobles


En este trabajo recoge algunos de los asuntos más anecdóticos publicados en mi biografía de Facebook del 2013. Van enriquecidos con algunos de los comentarios aparecidos. De esta manera, expresan la propia vida como un enlace con vivencias e individuos particulares. 





ÉRAMOS FAMILIA (10-10-2013)



Cuando veo que Mayra González participa en nuestro diálogo abierto por la coincidencia del apellido me recuerdo de una anécdota. Hacia 1970 y algo, fui almorzar a la casa de mi asistente el Dr. Óscar Fernández. Su papá, don Carlos, me regaló los tres ejemplares de su libro sobre el Anecdotario Nacional. Pero yo de bruto no le pedí que me los dedicara y nadie me va a creer que los libros que conservo en mi biblioteca me los regaló personalmente el autor. La mamá me dijo que quizás por González éramos familia. Yo le dije: "Mi papá era sobrino de don Cleto González Víquez". Y ella me respondió: "Pero don Cleto era mi abuelo".
Una vez, por eso época, dije en Caracas que yo supiera que solo había una familia Dobles en el mundo, la mía. Carlos Meléndez me decía que el apellido histórico de nuestra familia era "Díez-dobles". Ese es el nombre que aparecía en los documentos que él analizaba. No recuerdo si fue mi tío Fabián el que me narraba el origen de ese apellido.
El originario era Díez. Pero uno de nuestros tatarabuelos fue tan fértil que tuvo muchos hijos. Entonces la gente comenzó a decirles que ellos no eran los diez, sino los doble-diez. Una de mis tías me dijo hace años que había dos familias Dobles, la originaria de Heredia y los hijos del peón que se habían ido para Grecia. Es decir, solo era una familia con dos madres diferentes, la esposa y la querida.
En Caracas me dijeron que estaba errado, que una de las presentadoras de la televisión caraqueña era Isa Dobles y era venezolana. Yo le repliqué de inmediato: "Ese es un seudónimo artística. Ella es realmente Isabel Oropeza ex esposa de mi tío Álvaro". Ella usó ese nombre cuando actuó en el Arlequín, cuando vivió en Costa Rica, y los siguió conservando como nombre artístico. Me estoy refiriendo a la mamá de mi primo hermano Ignacio Dobles.
En esa misma época, mi hermano Daniel se fue a una actividad en Bogotá. Y me narró que se puso a hablar con una monja y al saber que era de Costa Rica, ella le preguntó si no me conocía: ¡Qué pequeño es el mundo! Habíamos sido compañeros en la universidad de Lovaina.

ALGUNOS COMENTARIOS

Mayra González. Los apellidos terminados en "ez" son de origen judío si son de descendencia judía la gran mayoría, sobretodo los hispanos, ya que los judíos llegaron como esclavos a gran parte de Europa, otros de un lugar llamado Sefarat que está cerca del Neguev o al sur de Israel, llegando a España muchos modificaron sus apellidos para no morir y otro llegaron a América como esclavos de Cristóbal Colón en sus carabelas , y se mezclaron con los demás, tanto así que hay lugares en América Hispana que mantienen nombres semitas y hebreos, x ejemplo la primera bandera de Costa Rica fue un "Maguen David" o escudo de David , mal llamado estrella , de...
Ver más color rojo en un paño blanco, que se supone que fue un "talit" o manto de oraciones que los judíos utilizaron desde Moisés, pero en su gran mayoría son de descendencia judía...
Mayra Gonzalez Mi apreciado don Jaime González Dobles, a lo mejor somos familia por el González. Estando en Tributación Directa, un señor preguntó si era abogada y hasta me pidió una tarjeta. Allí se dio cuenta de mi apellido González y me envió posteriormente el comentario que le adjunto. No es casualidad que nos encontráramos en Tributación, y que conociera los antecedentes de mi apellido. Saludos afectuosos Maestro.
Jaime González Dobles. Cuando estaba joven en mi familia se decía que éramos sefarditas. Pero cuando llegué a Bélgica y comencé a tener una profunda relación con muchos amigos árabes, me alejé afectivamente de cualquier raíz judía.
Edgar Barrantes Zamora Don Jaime, según me recuerdo a mí me dijeron que todos los apellidos terminados en ez era de origen de tribus árabes moros que llegaron a Europa (España) y a los hijos de Ramiro les decían los Ramírez, a los hijos Gonzalo González. Si estoy equivocado le ofrezco mi disculpa.
Jaime González Dobles Históricamente, entre los árabes y los judíos no hay mayor diferencia: sus raíces genéticas son las mismas. Las diferencias se establecieron por la obsesión económica de los judíos y la autodefensa exacerbada de los árabes. Ambos se pusieron los guantes de boxeo y no se los han quitado.
Carlos Luis Villalobos Don Jaime, al ver la foto suya cuando era joven, ahora sí recuerdo que Usted fue profesor mío de Ética Social en la UCR. Viera qué emoción siento al verlo a Usted. ¡Gracias a Dios no se nos ha ido! En la década de los 70 cuando Usted me dio clases yo era estudiante de Historia y Geografía. Conocí a don Carlos Meléndez, don Rafael Obregón, don Carlos Monge, Franco Fernández, etc., etc. Me da pena resumir los restantes nombres en un irrespetuoso etcétera, pero es que la emoción me embarga al saber que Usted sembró muy buenas bases en mi persona. Aunque sólo fuera por un fugaz curso de Ética.
Jaime González Dobles Te agradezco tan lindos recuerdos


CUENTO DE HADAS (19-10-2013)



Cuando veo esas cosas (carros, viajes, etc.) que dicen que regalan me pongo a pensar. Un día hice el cálculo matemático y descubrí que tenía mil veces más posibilidades de pegar el mayor de la lotería. Pero si en la lotería no pego ni terminación que tiene una posibilidad sobre 10, esas ilusiones son peores que un cuento de hadas: solo palabras.

Benedicto Víquez Guzmán. Abel pegó una presidencia y no vas vos a pegar un carrillo. No seas pesimista, jajajajaja
Lobelia Madrigal Víquez, Don Jaime, mi abuelito Pedro decía: "la plata se hace trabajando y los sueños se hacen realidad trabajando también.”
Jaime González Dobles Lobelia, mi bisabuela le decía a mi mamá: "Cuide los cincos, porque los pesos se cuidan solos"


CONVIVENCIA HUMANA (25-10-2013)



Un día de estos, estuve en la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar de la Universidad Nacional, me dieron un ejemplar del número 21 de enero-julio del 2013 de su revista Perspectivas rurales. Este fue dedicado al tema de la gobernabilidad, vista desde las zonas rurales. Me encantó que incluía un análisis desde las experiencias de los pueblos indígenas. Al final publicaron un ensayo mío titulado Hacia una mejor convivencia humana. En este sostenía que hay que saber leer lo que dijo Aristóteles, la 'polis' de la que hablaba era unos pequeños pueblitos, no esos adefesios llamados ciudades (como México), ni esos monstruos territoriales llamados Estados (como Rusia). No hay convivencia humana sin una interrelación entre personas dentro de un adecuado medio ambiente.
El Internet en algo que ha paliado los errores de esta ausencia de comunicación interpersonal ya que sus contactos no son de cuerpo a cuerpo. Por eso sus mensajes se limitan a los ojos y los oídos. De esta manera, las figuras humanas que aparecen se convierten en fetiches, como los inventos publicitarios o los estereotipos de las narraciones. Los perfumes son marcas que te venden, no olores que disfrutás y compartís.

ALGUNOS COMENTARIOS

Cecilia García Excelente.


REFUGIO DE EMIGRANTES (28-10-2013)



Los conflictos europeos y latinoamericanos fueron la fuente de que Costa Rica, como respuesta a su vocación histórica, se convirtiera en un centro de refugio de muchos emigrantes. Cuando era niño a los judíos los llamábamos los "polacos" por el principal país del que venían. Hoy en día los "polacos" son gente que hace lo mismo que los judíos de los años cuarenta. A los emigrantes italianos los llamabamos los "tútiles" por el uso del término italiano para referirse a 'todos los' (tutti gli). A los vecinos del norte los llamábamos 'nicas'. A los asiáticos los llamábamos "chinos" o "árabes" según fuera su apariencia física. Con los vecinos cercanos rivalizábamos mientras a los provenientes de más allá los mirábamos como unos regalos de Dios, bien fueran "gringos" o "europeos".


YA SON CASI BODAS DE ORO (02-11-2013)



Las voy a cumplir con una honorable compañera, más estricta y exigente que cualquier esposa. Me refiero a algo más apegado a uno que cualquier cónyuge. Me refiero a los 48 años que tengo de padecer diabetes, tipo I, conocida popularmente como diabetes infantil o juvenil.
Hace 46 años, mi primo el Dr. Andrés Jenkins me dijo: "En nuestro consultorio (enfrente al San Juan de Dios) hay un joven especialista en diabetes que es muy bueno, el Dr. Eric Mora".
Cuando llegué a su consulta le dije que mis glicemias no bajaban de 300 a pesar de que yo era tan estricto en mis dietas que pesaba rígidamente los gramos que tenía que comer de cada cosa que me mandaban. El Dr. Eric Mora me dijo: "Usted tiene que usar forzosamente insulina por el resto de su vida. Tiene que ganarse además unas 10 libras, porque ni el exceso ni la falta de peso son buenos para un buen cuidado de la diabetes. Con una altura de un metro setenta y dos, un peso de 120 libras es demasiado poco (en esa época no se usaban kilos)".
Los años me han demostrado la suerte que tuve al ponerme en las manos del gran padre de la Endocrinología en Costa Rica. Posteriormente, salvo casos esporádicos, además del Dr. Mora que me vió también en el Calderón Guardia, solo se han ocupado de mi diabetes otro 3 médicos, los que me han tratado tanto como médicos que como amigos: el Dr. B Mora en el Calderón Guardia, la Dra G. Chaves en la clínica de San Joaquín y el Dr. F Zárate en su clínica privada.
Gracias a ellos todavía me la juego "ya no como un chiquillo", pero sí "con toda la pata" dentro de las limitaciones intrínsecas de este difícil padecimiento. Gracias por su consejo: "Si Usted se cuida bien, va a morir de viejo, no de diabetes".
Bueno, ya llegué a viejo (ya tengo los ‘seis reales’, los 75). Veremos si todavía entran otros pasajeros más en ese viejo autobús manejado con insulina.

ALGUNOS COMENTARIOS

Julia De la O. ¡Qué bien Jaime! Tengo en mi memoria una borrosa imagen de una vez hace muchos años en que te vimos partir del barrio en ambulancia y todos quedamos con el corazón hecho un puño.
Carlos Alberto Peña Montero. Saludos Don Jaime - recuerdo que más de una vez cuando eras director de la ECCC-UCR, nos pegastes sustos y había que revisarte el maletín para ver si traías jugo o galletas, o buscar la insulina para que te inyectares. Definitivo, vas a morir de viejo pero no de diabetes.
Oscar Saborío A. Don Jaime, me alegro de los seis reales si le agregamos diez céntimos más a su vida, me alcanza en edad, cumplo el otro mes las 85 primaveras, pero en mi vida tuve el honor de conocer al Dr. Jenkins: un gran señor además de buen médico. Pero a usted con respeto y afecto le digo: Usted es un hombre de lucha y un hombre de bien, pero después de los seis reales la vida empieza a cambiar. Yo en mi lejana juventud donde ponía el ojo pegaba la bala, ahora pongo el ojo donde voy a poner el pie, ya que si no pongo el ojo donde voy a poner el pié me caigo o me doy un tropezón. Siga en su lucha que va a comenzar a tener problemas al caminar, pero cada día de la vida le deja a uno una nueva enseñanza. Como se que usted es un hombre de lucha, comprendo que va a seguir luchando y lo tendremos vivo y coleando por muchos años, mis más cordiales saludos de este que en mi juventud se decía anciano, ahora nos dicen ‘rocos’. Con afecto le digo hay hombre para rato.
Rosa Elizondo Agüero. Es ud un valiente y disciplinado. Solo campeones como ud cumplen bodas de oro con esa compañera. Dios lo bendiga.
Noé Morales. Amigo Jaime, usted no ha llegado aún a viejo. Decía una amiga nuestra de 93 años cuando le preguntaron que ¿cómo se sentía ahora que era vieja? y contestó "¿Vieja yo?, viejas las de 100". Además decía que ella no tenía canas, tenía "luces del tiempo" y no tenía arrugas, tenía "sonrisas de la piel". Me alegro por esta importante celebración. Oraré para que el Señor le de más años con calidad de vida. Un abrazo.
Carlos Carranza. Jaime me alegró mucho de tu cumpleaños en los distintos momentos que nos hemos encontrado siempre he escuchado tus tesis, tus argumentos y sobre todo los criterios de fondo. Eso se plasma en tu fortaleza de hierro y tus aportes en distintos campos. Un fuerte abrazo, amigo. El mismo aprecio que te conocí desde 1972
Vernor Arguedas. Un abrazo Jaime González Dobles hace años que no nos vemos físicamente, ahora nos comunicamos por estos medios. Felices seis reales.
José Rafael Flores Alvarado. Don Jaime, yo padezco de lo mismo pero tipo 2, desde hace como 20 años, tomo mi tratamiento, en un principio me costó aceptar dicha enfermedad, pero trato de convivir con ella, hay que seguir en la lucha, ánimo amigo.
Mayra González. Agradezco las lindas expresiones de tantas lindas personas. Sin embargo, les recuerdo que este es el mes de la diabetes y la diabetes tipo 1 es un problema demasiado serio pues le da a veces a niños muy pequeños que hay que educar para que vivan con ella más de lo que yo ya he vivido. Además, por la comida chatarra que tenemos en el mundo comienzan también a aparecer el tipo 2 en los niños gordos. Todo esto es un problema de educación en el que tenemos gran responsabilidad los ‘rocos’ como dice don Álvaro y de los otros llamados adultos.
Olga Mena Vincenti. Estimado Jaime González Dobles qué bien que así lo ves y lo llevas con cuidado y tranquilidad según lo comentas. Fijate que mi Madre tuvo este tipo de diabetes y con los cuidados de ella misma y en especial de mi hermana Elizabeth y mi cuñado Salvita pues que llegó hasta los 100 añitos y 9 meses. Se nos fue hace un año. Así que larga vida amigo y que sigamos disfrutando de la tuya. Fraternamente, Olga y Oscar Montanaro Meza
Gonzalo Gerardo Madrigal. Salud, salud y más salud don Jaime.
Jaime González Dobles. Muchas gracias y saludos.
Olga, muy linda la historia de tu mamá.


OTRA ANÉCDOTA (05-11-2013)



En 1961, la JUC me envió a Polonia a un encuentro internacional con los estudiantes católicos de ese país. En la presentación, un supuesto "chinito" me saludó en alemán. Yo le pedí que me hablara en francés porque era de Costa Rica. Entonces me respondió directamente en español. Al preguntarle por qué sabía español me dijo su papá era diplomático y había sido embajador en Argentina. Cada vez que salí sin un compañero polaco con quien pudiera entenderme, salía con él pues además de su idioma natal, el vietnamita, hablaba inglés, alemán, francés, español, chino y ruso. Así era más fácil que alguien pudiera entendernos.


MANIPULADORES (05-11-2013)



Me parece interesante contar algunas anécdotas. Cuando era director de la Escuela de Comunicación, al crear la carrera de publicidad los estudiantes periodistas me criticaron que era un error porque ellos eran unos manipuladores. Mi respuesta fue tajante: "Ustedes y ellos son iguales. Ellos venden cosas y ustedes venden estereotipos".
ALGUNOS COMENTARIOS

Yamilette Dobles Méndez‎ Como Dobles, es ud escritor, felicidades.
Jaime González Dobles No sé de cual de las ramas de los Dobles venís vos. Yo vengo de los Dobles Rodríguez. Fabián era mi tío y Aurelia su hija es mi prima.
Clemencia Conejo Espero que alguno lo lea y lo entienda. Se requiere un gran cambio.



UNA ANÉCDOTA PERSONAL (05-11-2013)



Como soy disléxico, todo lo que implique memoria para mí es muy difícil. Por eso siempre fui muy malo en idiomas. Una vez al salir de un hotel en una ciudad de Alemania, copié un rótulo que estaba en un poste en la calle por si me perdía. Como decía 'calle' yo pensé que era su nombre. Cuando le enseñaba el papelito a la gente, todo el mundo se reía. Como tenía muy buena representación espacial logré llegar al hotel cuyo nombre había olvidado. Al preguntar en recepción, entendí el chasco. Lo que decía el rótulo era "Prohibido tirar basura a la calle".

ALGUNOS COMENTARIOS

Rafael Cascante. Jaja, excelente anécdota don Jaime. Algo así me ha pasado a mí en ciudades como SJ, Manhattan en NY y hasta en más pequeñas como Alajuela o San Ramón. Se me dificulta mucho memorizar los nombres de calles y avenidas. Pero logro llegar al lugar indicado a pura ubicación espacial.
José Rafael Flores. Alvarado. Eso se suele pasar a mí en algunos caso.
Fátima Loría Cartín. Bella honestidad. Amigo. Podemos hablar. Cuando maneja uno sus realidades, gran día amigo. Siempre será un honor leerlo, soy mala en idiomas, también.
Edgar Barrantes Zamora. Don Jaime eso le ha pasado a muchos en otro país