PAZ Y DESARROLLO
Extracto del texto: EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES
Autor: Jaime González Dobles
La paz es esencial para que la humanidad abra caminos de sólido progreso y el ente humano continúe su esfuerzo de plena realización. La conquista y realización de la paz, nacional y mundial, depende de una visión global del desarrollo. Con un renovado sistema de valores, el nuevo desarrollo exige diseños de estrategias y propuestas programáticas a partir de cada realidad nacional, con amplia colaboración, pero no imposición internacional. La paz es así requisito y objetivo fundamental de estas metas.
El nuevo desarrollo debe ser un proceso endógeno y abierto, que respete el entorno natural y promueva las potencialidades creativas de la naturaleza humana, en función de su identidad e historia propias. El desarrollo endógeno se fundamenta en la identidad cultural de cada pueblo, que debe cuestionarse y buscar soluciones autóctonas a sus problemas, sin copias mecánicas de lo exterior, pero respetuosas de los aportes positivos de la experiencia ajena.
Con capacidad de autogestión colectiva, cada pueblo tiene que ingeniarse maneras de transformar en recursos de desarrollo los elementos de su naturaleza, de su medio ambiente y de sus tradiciones culturales. El desarrollo tiene que ser una convivencia armónica con la naturaleza en función de la lógica de las necesidades básicas de todos sus habitantes, y no su depredación irracional y arbitraria.
Las condiciones actuales requieren la promoción del trabajo humano como condición de éxito en el desarrollo integral. Ejercido en forma libre y justa, participativa y solidaria, dentro de una sociedad pluralista, con opción por los pobres y revaloración de la ética social, el valor del trabajo es esencial para el desarrollo y la paz.
La realización de este ideal requiere el aporte de la creatividad y participación populares; la construcción y refuerzo de la independencia de las naciones; el reforzamiento y ampliación de la sociedad civil; la satisfacción de las necesidades básicas; así como la urgencia de conformar esferas de organización social de bases democráticas, ligadas a una autoridad política competente.
El desarrollo supone así nuevas estructuras, instituciones y funcionamiento social que se caractericen por una transformación de la calidad de las relaciones sociales, al abolir las diferentes formas de explotación, de desigualdad, de dominación, de represión, de injusticia, de manipulación y alineación.
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