sábado, 16 de mayo de 2020

Pensamientos Jaime González Dobles - Cuarto mes del 2020



UNA CAL Y OTRA DE ARENA

En un comentario que le hice a Iván Céspedes decía algo así:
La experiencia de cada cual es siempre limitada.
Yo he estado y estudiado en diversas universidades. He dado clases en diversas carreras.
He vivido en diversas países.He hablado con gente de diversas culturas.
He seguido más cursos de ciencias dados por científicos que cursos de filosofía dados por filósofos.Pero me he dedicado a aspectos de la filosofía.
He trabajado y dialogado con gente de muchas carreras.Pero solo conocí a un hombre genial, Jean Ladrère, que conocía lo que decían millones de libros pues tenía memoria fotográfica y solo para cumplir con rituales sacó 3 doctorados: en física nuclear, en matemática y en filosofía.
El siempre me decía: "toda opinión es debatible pues solo conocemos pedacitos de la realidad. Pero si no pensamos, no somos humanos. Por eso, hay que arriesgarse".
Sócrates siempre decía: "solo sé que nada sé". Pero nunca se calló pues creía que había que poner a pensar a la gente.
Cuando escribo me fascina entablar debates.
Grandes pensadores franceses como Bergson. Péguy, Mounier y muchos otros lucharon contra el pensamiento hecho ("la pensée toute faite") y tendían a hacer pensar a la gente.
Cuando generalizo, exagero.Eso no es una condición científica, sino un truco didáctico.
Y por eso, también me dan 'leñazos'.
El boxeo físico no me hace gracia. Pero la 'mejenga' del boxeo mental me encanta.
Jaime González Dobles

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OJALÁ NOS SUPEREMOS

Las creencias que sostienen las religiones, las culturas, las artes y las ciencias suscitan la necesidad de encontrar el sentido más profundo de la existencia.
Desde su orientación de las acciones surgen las «esperanzas» y las «expectativas» humanas.
Sus efectos son concretos, pero sus resultados inciertos.
Sin ellas, los humanos solo seríamos unos animalitos: unos vivientes en un aquí y un ahora.
En esta crisis creemos que saldremos adelante y que nos salvaremos de ella.
Creemos que todo lo que hemos aprendido nos salvar.
Ojalá creamos que luego vamos a ser por lo menos un poco menos inhumanos.
Desgraciadamente casi todos somos idólatras: adoramos el YO y esa falsa religión nos impide llegar a cosas más sublimes.
Jaime González Dobles

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MITOS Y MÍSTICAS

Toda producción humana es guiada por el «llamado profundo de lo absoluto» como una necesidad fundamental del ideal personal. Pero, en sentido pleno, esto es algo inalcanzable. Por eso, su necesidad se suele encarnar desde un sutil juego de místicas, que sostengan la dinámica afectiva, y de mitos, que funcionen como «relatos imaginativos» que justifiquen las creencias.
Jaime González Dobles


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ARROZ CON MANGO

Los que quieren ser humanos tratan de pensar:
¿COMO SER VERDADERAMENTE HUMANOS?
Pero las escuelas y las universidades no enseñan a pensar.
Enseñan a repetir lo que otros pensaron.
Por eso, muchas veces la gente de la calle es más brillante.
Los más inteligentes aprenden a amar a los otros
Los menos inteligentes aprenden a respetar lo ajeno
Los menos tontos se ocupan de las cosas llamativas
Los esclavos de la estupidez se ocupan de servir a otro dios: Dinero, Fama y cosas parecidas..
Los más tontos se ocupan de fanfarronear sobre ellos mismos
Pero dicho a lo tico
TODOS SOMOS UN ARROZ CON MANGO.
Jaime González Dobles

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SENTIDO PERSONAL

El mundo personal se sostiene en la esperanza de hacer de la acción algo más con la pretensión de que sea realmente significativo.
Por esto, el mundo personal no es solo un asunto del uso de ciencias y tecnologías, sino un problema de fe fundamentado en las propias creencias: personales, culturales, religiosas:
QUÉ ES LO QUE CREEMOS QUE ESTAMOS HACIENDO.
Jaime González Dobles

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SOMOS COMO ANIMALES

Los animales superiores también conocen, valoran y se comunican en niveles efectivos, aunque quizás un poco menos complicados por carencia del lenguaje abstracto.
En estas condiciones, la diferencia no es de naturaleza, sino de grado.
De hecho, muchos humanos se entienden mejor con los animales pues estos son más coherentes: no viven de mitos fantasiosos como el Yo, el Dinero, etc. y ven la realidad de manera más coherente.
Desde hace 25 siglos ya Aristóteles había reconocido que somos animales. Yo diría mamíferos.
Que nos comparen con un animal no es un insulto. A veces nos comparan hasta con cosas como cuando se le dice a una mujer que 'qué muñeca tan linda'.
Claro, como no nos gusta que nos critiquen no aceptamos que nos comparen figurativamente con ciertas características de los animales: "Que gordo más cerdo", "Qué carajo más burro", etc.
Jaime González Dobles

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SER VALORANTE

En lugar de señalar, como Aristóteles, al humano como un «animal racional», se podría sostener como algo más fundamental su condición sustancial como un ente o 'animal' valorante.
No obstante, esta caracterización tampoco es totalmente rígida ya que ciertos animales también conocen, se comunican y valoran en niveles efectivos, aunque quizás inferiores por ausencias de palabras abstractas.
En estas condiciones, la diferencia no es de naturaleza, sino de grado. Como sucede también con la racionalidad:.los animales son menos irracionales que muchos humanos.
Para decirlo con una imagen. los humanos somos un "bichos raros"...Ja,ja,ja.
Jaime González Dobles


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EL DESEMPLEO

Las informaciones sobre el desempleo en Costa Rica son quizás erróneas.
Solo cuentan lo que puede contar la burocracia formal.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta el trabajo menos formal.
Este tiene varias expresiones:
ciertos trabajos más estructurados, ciertos trabajos más irregulares;
los verdaderos trabajos y las actividades no tan legales (un ladrón decía "yo trabajo haciendo desplazamientos del capitales").
Por ejemplo, más allá de las estadísticas, los nicas son como un 20% de los habitantes del país: por todas partes aparecen.
Pero muchos trabajaban en forma oculta como operarios de construcción o empleadas domésticas. ¿Y ahora?
Lo hacían para enviar platita a sus familias. Pero ellos como muchos ticos no son contabilizados. ¿Y ahora?
Muchos ticos y extranjeros vivían de robar en las calles.
Por eso me pregunto si no van a comenzar a robar a mano armada en las casas. ¿Y ahora?
Etc. etc.
Dicen que la solución del desempleo es el cambio de trabajo.
¿Y ahora?
La pregunta es ¿QUÉ QUEDA?
Y ahora, no solo ahora, sino para mañana.
Jaime González Dobles

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¿QUÉ VALE MÁS?

En los años 80 yo les preguntaba a mis alumnos. ¿cuál era el país más subdesarrollado del mundo?.
Y siempre terminaba con la misma pregunta: ¿Por qué no ubicaron a los Estados Unidos?
Ante sus sorpresas, les agregaba:
Ellos son los mayores consumidores de drogas en el mundo.
¿No les parece que eso es el peor subdesarrollo cultural?.
Y terminaba diciendo:
¿Que vale más, el poder de la plata o la autenticidad de la vivencia humana?
El corolario era el mismo:
LAS COSAS NO SON COMO LAS PINTAN
Los tiempos cambian. Ya no son los 80.
Jaime González Dobles

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SOBRE EL SUBDESARROLLO

Comentando mis cuestionamientos sobre el subdesarrollo, Olda M. Acuña B. me peguntó que hoy ¿cuál es el país mas subdesarrollado del mundo?
Yo le dije simplemente que: El problema es de cultura.
Estados Unidos todavía es deficiente. Por ejemplo, en sus películas matan personas como matar moscas y destruyen cosas como matar moscas. Y lo que se aprende en los medios de comunicación se repite en la realidad. El aprecio del dinero ha matado y perdido el valor de lo humano.
Pero, en este momento lo más inhumano no son tanto los países, sino los medios. Y los dueños de los medios más grandes están en unos pocos lugares en unos pocos países. Por ahí anda la respuesta. Esta es clara: los genocidas son unos pocos que roban, explotan y pervierten las culturas humanas. Los trabajadores necesitan plata, pero con sus préstamos los dueños del dinero les roban casi todo su trabajo. Por eso, con la pandemia, hay empresas y trabajadores quebrados, pero no bancos quebrados.
Por ejemplo. los medios de comunicación, como el futbol no pagan la calidad humana, sino el rating con consecuencias económicas. Las riquezas naturales están intactas: los paisajes, las culturas, etc. ¡Viva la mejenga! porque el único que puede perder peso es el comercio del fútbol, no el deporte futbolístico.
Pero ciertos espectáculos están moribundos y por culpa de ellos, un montón de gente honestas que ha trabajado en servir a los otros.
Sin embargo, como en Estados Unidos hay gran parte de la población que es sensata, en el resto del mundo hay de todo: los explotadores y los explotados.
En este momento, los países son secundarios. Lo importante son los medios. Entre estos hay dos: los medios directamente asesinos de la humanidad y los que matan "sin querer queriendo" el alma del mundo.
El cuerpo es importante, pero necesita un espíritu que lo alimente de grandeza, de nobleza y dignidad humana.
SOBRE EL SUBDESARROLLO HAY QUE RECUPERAR LA DIGNIDAD HUMANA.
Jaime González Dobles

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DE PANDEMIA EN PANDEMIA

Con el Covid19 van a cambiar muchas cosas en el mundo.
La crisis no va a ser de unos días como la gente cándidamente supone.
Mientras no aparezcan las vacunas y medicinas pertinentes, las restricciones van a seguir siendo forzadas.
Vamos a tener que aprender a vivir y trabajar desde la casa.
Ante solo los ricachones, que tenían carros hacía casas en el campo para tener más espacio.
Ahora los habitantes de las ciudades comenzamos a enviar a los campesinos que ven la naturaleza desde su ventana.
El turismo presencial va a decaer, pues la gente ya no sabe cuándo va a aparecer otra plaga igual o peor.
Ciertamente, ver un espectáculo en vivo es mucho mejor. Pero antes la gente iba confiada.
Desde las épocas antiguas, la arquitectura y los transportes fueron los descubrimientos esenciales.
No obstante, con los medios electrónicos, ya no hay que andar de lugar en lugar. Por eso, lo que va a necesitar más transporte son las cosas.
Las producciones a la antigua siguen imponiendo su presencia: la agricultura, la minería, el transporte de cosas, etc.
Pero muchas cosas más modernas están entrando en crisis. Los robots ya están reemplazando a los obreros. Los grandes negocios llenos de todo ya no interesan.
No quiero seguir vaticinando.
LAS COSAS VAN A CAER POR SU PESO.
Solo le doy Gracias a Dios de haber vivido en muchas partes y haber conocido muchas cosas en vivo, sin tener plata.
LO ÚNICO QUE HE TENIDO EN GRAN CUANTÍA ES LA GENEROSIDAD HUMANA DE MUCHA GENTE, LOS RICOS ME HAN DADO COSAS. LOS POBRES AFECTO Y LOS MÁS HUMANOS UN POCO DE TODO.
Jaime González Dobles

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FILÓSOFO COSTARRICENSE

El día de hoy se celebra el nacimiento del filósofo más tico del país: Luis Barahora Jiménez.
Luego de cumplir con una tesis ritualista,en España, regresó al país y se dedicó a formar el pensamiento político en los jóvenes y escribir muy lindos ensayos sobre lo que significa ser costarricense.
Ojalá los estudiantes y jóvenes profesores de hoy en día aprendan de él:
dejar atrás los rituales académicos y asumir el verdadero compromiso con el país, con la elegancia y dedicación de este cartaginés...
Jaime González Dobles

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MEJOR ME RÍO

LA ANGUSTIA DE LA PANDEMIA HA HECHO QUE MUCHA GENTE HAYA COMPRADO PAPEL HIGIÉNICO PARA VARIOS AÑOS.
EL MIEDO HA SIDO MÁS FUERTE QUE LA RAZÓN.
ESTO ME RECUERDA UNA ANÉCDOTA PERSONAL DE MIS 13 AÑOS.
Estaba en el Seminario Menor de San Cristóbal Norte. El dormitorio donde tenía las cosas estaba en el piso más alto y el inodoro estaba en el sótano.
Para hacer mis necesidades yo siempre me llevaba un rollo casi entero, Pero un compañero me hizo una crítica jocosa:
- "No entiendo como vos que sos tan bueno en matemáticas, no sabés calcular"
- ¿Cómo calcular?
- Solo hay que usar lo necesario. Por ejemplo vos podés hacer un cálculo con el papel y tomar una decisión razonable.
-¿Qué tipo de cálculo?
-Por ejemplo, podes calcular que con diez pedacitos resolver los problemas: 5 para lo grueso, 3 para lo que quede y 2 para dar brillo..
YO ME MORÍ DE LA RISA.
Pero ahora me río de la gente que va a tener que hacer un ENORME BODEGA en la casa para guardar los excesos de las compras angustiadas.
Después de todo se podría vestir con papel higiénico,
PORQUE ES TAN DÉBIL QUE NO SIRVE PARA ESCRIBIR MEJOR LOS CÁLCULOS.
Jaime González Dobles

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ACTOS PERSONALES

No todo acto humano es plenamente personal.
Esta realidad justifica la distinción formal de la escolástica entre 'actos del hombre' y 'actos humanos', en la que solo estos últimos expresan una dimensión personal evidente.
Los médicos se ocupan de muchos actos del hombre que no son propiamente actos humanos, como el funcionamiento del corazón y del cuerpo.
Jaime González Dobles

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A CADA CUAL LO SUYO

Todos los humanos tenemos nuestro nivel de creatividad,
Pero no todos lo tenemos en las mismas dimensiones
(como pasa con la tercera dimensión física entre una hoja de papel y un cubo).
Además, los ámbitos de creatividad
son muy diversos
y el grado de participación en cada tipo
difiere según las personas.
Jaime González Dobles

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

Todo planteamiento más o menos integral
se funda sobre las limitaciones
de la ignorancia personal
de cada pensador.
Sus diversas carencias internas
lo convierten entonces
en algo substancialmente «hipotético».
Jaime González Dobles

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LA CRISIS DEL PAÍS

La crisis del país tuvo una razón. Los políticos de los últimos 30 años del siglo pasado se dedicaron a pedir plata prestada y gastarla en forma irresponsable.Le dieron puestos en una burocracia no tan eficiente a los 'pegabanderas' de su partido e hicieron negocios con los caudillos de su partido para que se hicieran ricos cobrándole al Estado por hacer lo que el Estado pudo haber hecho con menos costos.
Y ahora estamos pagando los platos rotos.
Jaime González Dobles

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MANERA DE PLANIFICAR

En los años 50, cuando era un adolescente, me quedaba a veces en la casa de un señor gerente de una empresa muy importante del país. La esposa me decía:
-"Desayunamos a las 7".Pero de las 6 a las 7 no puede usar este baño porque es de mi marido."
Cuando le pregunté por qué necesitaba ese baño una hora, me respondió:
-"Es el lugar más importante para mi marido".
Yo le pregunté:
-"¿Más importante que su oficina?"
Ella me dijo:
-"Claro. Es el lugar donde planifica todo lo que debe hacer en el día".
Cuando le pregunté por qué, me respondió.
-"Ahí nadie puede interrumpirlo o molestarlo. Ni yo".
Jaime González Dobles

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CUERPO Y ALMA

En una de sus típicas preguntas,
Bruce Masís Jiménez,
una persona que tengo años de no ver,
interrogaba
"¿Si somos un CUERPO con alma o un ALMA con cuerpo?" ‎
Yo le respondí lo siguiente:
El alma es un mito. No es una cosa. Es un invento de hace bastantes siglos.
Los humanos somos un cuerpo con cuatro dimensiones existenciales: la material, la vital, la mental y la personal.
Esta última presenta dos expresiones centrales:
una apertura al mundo irreal de los valores
que llamamos ESPÍRITU
(lo que significaba históricamente "respiración mental")
y la CREATIVIDAD que es el esfuerzo de encarnar materialmente las imaginaciones:
En la conducta, en el arte, en la tecnología, etc.
Esto provoca el eje central de la persona: la CONCIENCIA..
Con la muerte. Se pierde el cuerpo.
La gran pregunta es saber si habrá
algún sustrato material que encarne la conciencia perdida:
Lo que se llamaba antes el cielo, el más allá, etc.
De otra manera, esta también se pierde. Pero como esto no se puede probar: es un mundo de CREENCIAS.
Jaime González Dobles.

Pensamientos y comentarios de Don Jaime González Dobles

viernes, 8 de mayo de 2020

CUERPO Y ALMA (reflexión corta)

CUERPO Y ALMA
Reflexión personal - Jaime González Dobles



En una de sus típicas preguntas,Bruce Masís Jiménez, una persona que tengo años de no ver, interrogaba:

"¿Si somos un CUERPO con alma o un ALMA con cuerpo?" ‎
Yo le respondí lo siguiente:

El alma es un mito. No es una cosa. Es un invento de hace bastantes siglos.
Los humanos somos un cuerpo con cuatro dimensiones existenciales: la material, la vital, la mental y la personal.

Esta última presenta dos expresiones centrales:
una apertura al mundo irreal de los valores
que llamamos ESPÍRITU
(lo que significaba históricamente "respiración mental")
y la CREATIVIDAD que es el esfuerzo de encarnar materialmente las imaginaciones:
En la conducta, en el arte, en la tecnología, etc.
Esto provoca el eje central de la persona: la CONCIENCIA..
Con la muerte. Se pierde el cuerpo.
La gran pregunta es saber si habrá
algún sustrato material que encarne la conciencia perdida:
Lo que se llamaba antes el cielo, el más allá, etc.

De otra manera, esta también se pierde. Pero como esto no se puede probar: es un mundo de CREENCIAS

lunes, 4 de mayo de 2020

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA CLAT

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA CLAT

Autor: Jaime González Dobles | Extracto de El Movimiento de los Trabajadores





La Declaración de Principios de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) ofrece una visión sintética de la relación del Movimiento de los Trabajadores con la paz, al señalar que “la solidaridad internacional del mundo del trabajo es la exigencia de luchar por un mundo, a la vez más universal, más justo y más humano". Pero esta meta implica una concepción integral del problema ya que “hace falta una solidaridad mundial, de la comunidad de todos los pueblos del mundo que deben comprender que ya no puede haber desarrollo, ni paz, ni progreso para unos pocos países privilegiados, si no hay desarrollo, paz y progreso para todos sin ninguna discriminación".

Al reconocer así la autodeterminación de los pueblos y la necesaria solidaridad en la constitución de la paz como fruto de la justicia entre todos los entes humanos de la tierra, la CLAT rechaza el imperialismo, el colonialismo, el armamentismo, el absolutismo, el racismo, la tecnocracia enajenante y las demás manifestaciones del desequilibrio internacional que impiden el progreso de la paz. Desde esta perspectiva, el mensaje de la CLAT se resume en estas palabras:

"Solamente se logrará la paz en la medida que se superen las diferencias existentes entre los países ricos y los países pobres y entre las minorías privilegiadas y las grandes mayorías marginadas de nuestras sociedades injustas.
"No habrá paz mientras no se cambie el actual sistema de violencias que se aplican contra las mayorías populares por parte de grupos oligárquicos que quieren seguir conservando
sus privilegios. No habrá paz mientras exista hambre, miseria, explotación del ente humano por el dinero, represión y dictadura.
"El nuevo nombre de la paz es el desarrollo integral. Pero el desarrollo integral solamente será fruto de la liberación y de la revolución de los pueblos para tomar en sus manos su propio destino. El camino de la paz pasa en América Latina por el camino de la revolución y en el mundo por el camino de una efectiva justicia internacional".

La acción del Movimiento de los trabajadores debe prolongarse en líneas de continuidad y de profunda coherencia, desde lo local hasta lo internacional, para crear un mundo nuevo con un orden adecuado en lo económico, lo político, lo social y lo cultural, como garantía efectiva de la construcción de la paz.

viernes, 24 de abril de 2020

PAZ Y DESARROLLO

PAZ Y DESARROLLO

Extracto del texto: EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES

                                                         Autor: Jaime González Dobles




La paz es esencial para que la humanidad abra caminos de sólido progreso y el ente humano continúe su esfuerzo de plena realización. La conquista y realización de la paz, nacional y mundial, depende de una visión global del desarrollo. Con un renovado sistema de valores, el nuevo desarrollo exige diseños de estrategias y propuestas programáticas a partir de cada realidad nacional, con amplia colaboración, pero no imposición internacional. La paz es así requisito y objetivo fundamental de estas metas.

El nuevo desarrollo debe ser un proceso endógeno y abierto, que respete el entorno natural y promueva las potencialidades creativas de la naturaleza humana, en función de su identidad e historia propias. El desarrollo endógeno se fundamenta en la identidad cultural de cada pueblo, que debe cuestionarse y buscar soluciones autóctonas a sus problemas, sin copias mecánicas de lo exterior, pero respetuosas de los aportes positivos de la experiencia ajena.

Con capacidad de autogestión colectiva, cada pueblo tiene que ingeniarse maneras de transformar en recursos de desarrollo los elementos de su naturaleza, de su medio ambiente y de sus tradiciones culturales. El desarrollo tiene que ser una convivencia armónica con la naturaleza en función de la lógica de las necesidades básicas de todos sus habitantes, y no su depredación irracional y arbitraria.

Las condiciones actuales requieren la promoción del trabajo humano como condición de éxito en el desarrollo integral. Ejercido en forma libre y justa, participativa y solidaria, dentro de una sociedad pluralista, con opción por los pobres y revaloración de la ética social, el valor del trabajo es esencial para el desarrollo y la paz.

La realización de este ideal requiere el aporte de la creatividad y participación populares; la construcción y refuerzo de la independencia de las naciones; el reforzamiento y ampliación de la sociedad civil; la satisfacción de las necesidades básicas; así como la urgencia de conformar esferas de organización social de bases democráticas, ligadas a una autoridad política competente.

El desarrollo supone así nuevas estructuras, instituciones y funcionamiento social que se caractericen por una transformación de la calidad de las relaciones sociales, al abolir las diferentes formas de explotación, de desigualdad, de dominación, de represión, de injusticia, de manipulación y alineación.

viernes, 17 de abril de 2020

EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES ANTE LA PAZ

EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES ANTE LA PAZ

 extracto del texto: EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES
                                                   Autor: Jaime González Dobles




La solidaridad del Movimiento de los Trabajadores tiene un compromiso esencial con la adquisición de la paz, nacional, regional y mundial. Al respetar las divergencias religiosas, filosóficas, culturales y políticas de sus miembros, así como el derecho de los pueblos y de las personas a su autodeterminación, el Movimiento de los Trabajadores no adopta una posición neutral con respecto a su futuro y destino.

La visión de la realidad del Movimiento de los Trabajadores es una posición comprometida, que exige la superación de la injusticia; el respeto a la libertad y al compromiso, individual y social; en fin, la búsqueda y creación de una Nueva Sociedad, como garantía de fidelidad a los valores humanos del mundo del trabajo.

 La utopía inspirada así por el Movimiento de los Trabajadores se concreta históricamente al lograr avances en cada uno de los frentes ligados a la realización de un mundo donde los entes humanos trabajen y vivan en pleno sentido humano. Pero la creación de una Nueva Sociedad no es algo que pueda hacer solo el Movimiento de los Trabajadores. Su éxito depende de una compleja construcción mundial de la paz. Esta no es un fenómeno ajeno al mundo del trabajo. Muy por el contrario, la paz es una realidad que se alimenta de la savia humanizada del trabajo organizado en cada sociedad.

Por eso, la necesaria creación de una Nueva Sociedad, acorde con los principios del auténtico trabajo humano, responsable, justo y comunitario, fundamenta la profunda solidaridad del Movimiento de los Trabajadores y su compromiso con la instauración de la paz mundial.

El Movimiento de los Trabajadores reconoce a cada ente humano, igualdad de destino y derecho a participar, con plena responsabilidad, en la construcción humanizadora del mundo. El reconocimiento de esta igualdad fundamental entre los entes humanos, debe buscar constantemente la creación de una sociedad que respete este valor esencial. Impone así la necesidad de luchar contra la discriminación fundada en la lengua, el sexo, la cultura, la nacionalidad, la raza, la especialidad laboral o el origen social.

Asimismo, el trabajo debe ser fuente de transformación de la naturaleza, de la creación de riqueza, del bienestar social y familiar, de la educación y formación profesional. Pero todo derecho engendra deberes. Por eso, cada trabajador debe participar en la construcción del desarrollo, de la democracia, de la paz y de la justicia. Esta vocación integral del ente humano lo hace siempre sujeto de la historia y responsable de la paz y bienestar de su sociedad.
Pero los defectos en la organización social del trabajo, como microbios en el organismo, provocan síntomas dramáticos que convulsionan al cuerpo social con diversas enfermedades entre las cuales están la guerra y la violencia. Por eso, la construcción de la paz depende en mucho de la adecuada solución de problemas laborales.

viernes, 3 de abril de 2020

Introducción de Nuevo Libro - Democracia Cristiana y Revolución Popular


DEMOCRACIA CRISTIANA

Y

REVOLUCIÓN POPULAR







Autor: Jaime González Dobles






Compartimos con nuestros amigos la introducción de mi libro más reciente.

INTRODUCCIÓN



He escrito este trabajo como un pensador socialcristiano. Es por ello un pensamiento comprometido. Mi exposición tiene un sabor un tanto crítico. Sin embargo, dicha crítica la hago, al mismo tiempo, como filósofo y como demócrata cristiano, tratando de purificar desde dentro nuestra lucha política. El filósofo no debe ser una persona que elude la realidad histórica, sino la expresión de una conciencia que afronta racionalmente el mundo en que se desenvuelve. El presente trabajo es una toma de posición.

Los temas tratados en este estudio responden a un sentimiento bastante generalizado entre todos aquellos que pretenden convertir a los Partidos Demócratas Cristianos en una verdadera fuerza revolucionaria en América Latina. Sin embargo, la mayoría de los compañeros de lucha no llegan frecuentemente a clarificarse la inquietud que sienten. Por ello, espero que el presente trabajo les sea de utilidad en la toma de conciencia de lo que ya han vivenciado en su experiencia política concreta. La labor del filósofo es la reflexión que convierte las vivencias personales y sociales en experiencias expresadas teóricamente.

Nuestro objeto de estudio no es fácil de precisar. Hablar de la Democracia Cristiana es sumamente difícil pues no es cómodo delinear lo que se entiende concretamente por dicha denominación. Algunos usan el término Democracia Cristiana para referirse a todo un cúmulo de esfuerzos de pensamiento y acción que se dan en la vida social y política para buscar soluciones a los problemas actuales en la línea de un pensamiento inspirado del cristianismo. Otros, en un sentido más preciso, reducen el término Democracia Cristiana a las posiciones de los Partidos Demócratas cristianos y de sus dirigentes. Sin embargo, entre las personalidades que militan en los partidos hay frecuentemente tesis contrapuestas sobre una serie de puntos que, si bien no son necesariamente contradictorios con respecto a las posiciones doctrinarias de los partidos, implican diferencias sustanciales en el orden de la acción política concreta. En esta natural divergencia de criterios, ningún dirigente o pensador puede, con plena validez, atribuirse la ortodoxia demócrata cristiana.

En el presente trabajo, tomaremos como punto de referencia suficientemente significativo, únicamente los documentos oficiales de los Partidos Demócrata Cristianos. Además, con el fin de evitar las divergencias que pudiera haber entre los diferentes partidos según las naciones, las regiones y los liderazgos de determinados dirigentes, le daremos mayor énfasis a los documentos de los organismos internacionales. Para evitar confusiones terminológicas, a las posiciones personales de los diferentes dirigentes y pensadores, a las reflexiones sociales de todos aquellos que tratan de enfocar la problemática política, económica y social actuales desde una posición inspirada en el cristianismo, las ubicaremos dentro de lo que llamaremos, en términos genéricos, el pensamiento socialcristiano.

La Democracia Cristiana será para nosotros simplemente una de las manifestaciones históricas del socialcristianismo: aquella que corresponde a los Partidos Demócrata Cristianos, es decir, a aquellos partidos que forman parte de la Unión Mundial Demócrata Cristiana (UMDC), fundada en 1961 en Santiago de Chile y cuya secretaría general tiene su ubicación en Roma, constituida a su vez por organismos regionales, entre los que sobresalen por su importancia la Unión Europea Demócrata Cristiana (UEDC), la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) v la Unión Internacional de Jóvenes Demócratas cristianos (UIJDC).

Al hablar de revolución, no partimos de una tesis marxista. El marxismo no es más que una interpretación entre otras de un fenómeno social del mundo de las relaciones humanas. Nuestra tesis no es una evaluación marxista del socialcristianismo. Por el contrario, pretende ser una interpretación socialcristiana de un hecho histórico. Al partir de la convicción personal de que las condiciones económicas, sociales y políticas actuales de América Latina exigen una acción revolucionaria, considero que la Democracia Cristiana debe ser evaluada en su respuesta concreta ante este desafío.

Los Partidos Demócratas cristianos de América Latina suelen hablar en sus documentos internos de la revolución. Lo mismo hacen los principales autores y dirigentes de esas instituciones. Pero muchos de los que se autodefinen a sí mismos como revolucionarios evitan afrontar el tema de la lucha de clases. Los Partidos Demócratas cristianos europeos casi no hablan de revolución y, mucho menos, de la lucha de clases. Por ello, para algunos el simple titulo de este estudio es ya profundamente escandaloso.

Como miembro de un Partido Demócrata Cristiano latinoamericano, que milita en dicha organización política con la esperanza de contribuir a un cambio revolucionario en América Latina y fundamentalmente en su país natal Costa Rica, considero que es de extrema urgencia aclarar las relaciones que existen entre la Democracia Cristiana, como organización política, y la lucha de clases, como fenómeno social para ubicar correctamente el tema de la revolución popular.

Interpreto la lucha de clases como la manifestación fundamental del conflicto social en nuestro mundo capitalista actual. Asumo, por consiguiente, la lucha de clases como la condición indispensable para que se dé un cambio revolucionario, es decir, una transformación sustancial de nuestra sociedad. Más que aclarar la lucha de clases desde la Democracia Cristiana, lo que pretendo es tratar de aclarar la Democracia Cristiana desde la lucha de clases. A lo largo del estudio, se podrá verificar la riqueza del enfoque. Sin embargo, resumiendo, podríamos decir que el tema central del presente trabajo es un enfoque socialcristiano del conflicto social v una evaluación de la Democracia Cristiana desde esta perspectiva.

Nuestro punto de partida puede parecer arbitrario. Sin embargo, creo que se justifica. La lucha de clases es un hecho real. Se puede discutir sobre sus implicaciones y condiciones, sus alcances v limitaciones, pero no se puede desconocer su existencia. El problema fundamental que debemos abordar es la interpretación que se le ha dado en el pensamiento socialcristiano tradicional. Por ello, este trabajo es fundamentalmente filosófico, ya que la filosofía es el esfuerzo racional del ente humano por entender su realidad en toda su globalidad.

Como filósofo personalista, profundamente influenciado por el cristianismo, no parto en este trabajo de la interpretación marxista de la lucha de clases, sino de las interpretaciones sociales inspiradas en la visión del mundo de los cristianos. Nuestra meta esencial será la búsqueda de coherencia interna del pensamiento socialcristiano con respecto al conflicto social y el análisis de las interpretaciones anteriores con el más alto sentido crítico. Indudablemente, dicha crítica no podrá ser nunca absoluta, pues todo pensador parte, lo quiera o no, de ciertas suposiciones, de ciertas creencias sobre la ciencia, la realidad y el ente humano mismo. Al autodefinirme como personalista, expongo implícitamente mis supuestos básicos.

Las tesis sostenidas en este escrito serán polémicas. Las críticas que se podrían hacer a mis análisis vendrían de dos fuentes diferentes. Por una parte, existen las críticas de aquellos que partiendo de supuestos diferentes a los del autor, enjuician críticamente sus supuestos. Por otra parte, existen las críticas de los que aceptando los mismos supuestos teóricos del autor, tratan de mostrar ciertas incoherencias en los planteamientos. El primer tipo de enjuiciamientos, aunque es válido, sobrepasa necesariamente las pretensiones de este trabajo.

La filosofía no es una labor hecha de antemano, sino que se enriquece históricamente por el enfrentamiento dialéctico de las diversas concepciones. Sin embargo, cada autor tiene que partir de un enfoque determinado y llevarlo hasta sus últimas consecuencias teóricas. Indudablemente, mi interpretación tendrá sus adversarios y estos los suyos. Pero la calidad filosófica de cada pensador depende de su coherencia interna. Por ello, el segundo tipo de críticas es, para mí, el más pertinente. Lo que estos críticos puedan hacer con mis planteamientos es lo que trato de hacer con las visiones tradicionales del socialcristianismo: buscar la coherencia interna de un planteamiento.

Para la mayoría de los pensadores socialcristianos nuestras hipótesis de trabajo serán exageradas. Por ello, el planteamiento de las hipótesis iniciales implicará una serie de justificaciones teóricas e históricas. En resumen, nuestro punto de partida consiste en demostrar que la influencia religiosa, que pesa sobre los orígenes de la Democracia Cristiana, ha llevado a los teóricos de los partidos a formulaciones basadas en una concepción moralista de la vida política. Dicha influencia religiosa ha determinado una acción profundamente cándida en muchos aspectos y una posición real, a nivel político, de indefinición en cuanto a las posibilidades históricas de la realización de la revolución que se enuncia teóricamente.

Sin embargo, las circunstancias dramáticas de la sociedad latinoamericana han forzado a los partidos del área a comprender la importancia de una sociología conflictual. Pero la conciencia de esta necesidad no es un hecho generalizado, sino un apunte que toma relieve diverso según los países y las personalidades. No obstante, es un hecho real a pesar de sus limitaciones. La intención de este trabajo es proyectar algún rayo de luz en esta penumbra.

Por falta de una sociología propia del conflicto social muchos de los socialcristianos que buscan un cambio radical de la sociedad terminan adquiriendo una posición ideológica amorfa, a pesar de la claridad con que expresan sus principios metapolíticos. Por ausencia de un sustento propio en el análisis de la realidad social los cristianos con real preocupación revolucionaria han tenido que recurrir a sociologías importadas. Esto acarrea serios conflictos internos dentro de los Partidos Demócrata Cristianos, los cuales engendran a veces divisiones o enfrentamientos entre grupos y personas.

El problema teórico se convierte así en un conflicto práctico. Sin embargo, nuestro nivel de análisis se va a limitar a los aspectos teóricos. En esta dimensión se ubica la problemática a tratar. Por una parte, la falta de claridad conceptual sobre la sociología del conflicto social ha conducido, directa o indirectamente, a soluciones sociales de corte reformista. Por otra parte, en la elaboración conceptual de la sociedad futura que presentan los pensadores y los partidos latinoamericanos, la sociedad comunitaria se convierte, en la acción concreta, en una posición más mitológica que ideológica. Finalmente, aquellos que toman mayor conciencia de la problemática del conflicto de clases recurren a planteamientos foráneos y terminan siendo frecuentemente expulsados de la Democracia Cristiana bajo el cargo de infidelidad ideológica.

Muchos de ellos han constituido organizaciones políticas independientes. En este sentido, los errores del pasado se convierten en elementos disociadores, en lugar de convertirse en las fuerzas renovadoras y enriquecedoras que deberían ser. El error debe ser un desafío: un llamado a la creatividad intelectual y social. Como militante de un Partido Demócrata Cristiano entiendo así el problema. La crítica de fallas anteriores no son para mí más que un punto de apoyo para iniciar nuevos caminos v no una escapatoria fácil a un compromiso previamente adquirido.

Vamos a establecer algunas precisiones conceptuales. Las hipótesis planteadas en el primer capítulo nos llevan a tratar de aclarar las diversas dimensiones de la política, cuya realidad es siempre multifacética. Este análisis conceptual nos hace distinguir cuatro aspectos fundamentales de lo político, que llamaremos la doctrina (la metapolítica), el análisis político, la ideología y la acción política propiamente dicha. Cada uno de estos aspectos tiene sus características propias, sus pormenores y problemas específicos.

Nuestra intención no consiste en desarrollar, en forma exhaustiva, estos cuatro aspectos de lo político, sino en mostrar cómo inciden en el planteamiento del problema que nos ocupa, la interpretación demócrata cristiana de la revolución popular. En este primer capítulo, nos interesa sentar las bases para poder explicar la manera concreta cómo la Democracia Cristiana funciona a estos diversos niveles y las consecuencias que tiene dicha actuación con respecto a la interpretación de las relaciones entre las clases sociales.

En el análisis de la ideología, marcaremos la diferencia existente entre lo que denominamos ideología propiamente dicha (la toma de posición efectiva ante una realidad histórica) y la mitología política (el proceso de ocultamiento de la realidad histórica mediante la creación de interpretaciones fantasiosas históricamente desubicadas). En este sentido, tomamos el término ideología en una acepción más moderna y usamos la palabra mitología para referirnos a lo que Marx llamaba ideología.

En el tercer capitulo, vamos a analizar el pensamiento y la acción socialcristianos tradicionales, que han influido y siguen influyendo las posiciones demócratas cristianas, para evidenciar lo que habíamos indicado en el planteamiento del problema, enunciado en el segundo capítulo. Los socialcristianos suelen apelar al sentido del deber y olvidan cándidamente las condiciones sociales reales que determinan la conducta social del ente humano. Por ello, suponen que se puede ayudar a los pobres a salir de su pobreza, sin oponerse a los intereses objetivos y a la beligerancia de los opresores.

Hablar de opresión les parece, la mayoría de las veces, muy poco cristiano; frecuentemente, el concepto de opresión lo interpretan como una infiltración marxista, porque suponen que los ricos pueden resolver los problemas sociales con una pequeña o gran dosis de buena voluntad. Ignoran sistemáticamente el análisis de las condiciones objetivas que engendran los intereses de clase y de su papel en la dinámica social. Pero, para los socialcristianos que plantean seriamente el problema de la revolución popular, este enfoque tradicional de la realidad no ofrece ninguna base firme a la acción política efectiva. La visión estática y moralista de la Democracia Cristiana tradicional solamente ha podido dar un apoyo a una acción política de corte reformista.

La visión tradicional analizada domina los pronunciamientos de la Democracia Cristiana en sus documentos internacionales. Indudablemente, se notará una diferencia marcada entre las posiciones europeas y algunas indicaciones del pensamiento latinoamericano. Sin embargo, la división más tajante se establece entre las declaraciones de los Partidos Demócrata Cristianos, a través de sus organismos internacionales, y los pronunciamientos de la juventud demócrata cristiana. Los jóvenes parecen captar mejor la profundidad del cambio revolucionario y sus exigencias de una acción que se inserte en la dinámica del conflicto social mientras que los partidos se diluyen en la resolución de problemas más inmediatos y menos ligados directamente con el cambio estructural necesario.

Me sentiría muy satisfecho si mi modesto aporte permitiera abrir un debate más amplio en el que la respuesta surgiera de la colaboración de muchos pensadores, igualmente inquietos y tal vez mejor informados. Sin embargo, creo que los pocos aportes que pueda hacer, vienen a llenar en parte un vacío.

En el cuarto capítulo, vamos a gestar algunas consideraciones conceptuales sobre el tema de pueblo y política. Este análisis tiene las características generales de buscar una orientación sociológica. No pretende ser una sociología propiamente dicha, sino una indicación de algunos supuestos teóricos, sobre los que creemos que debiera trabajar una sociología socialcristiana. Además creemos que dicho análisis puede establecer algunas bases generales para una conceptualización socialcristiana de la realidad social que nos permita ubicarnos ideológicamente en términos de la revolución popular.

En un primer acercamiento, explicamos el concepto de poder. El análisis de dicho concepto nos lleva a establecer algunas consideraciones filosóficas, en las que se define ya una divergencia de interpretación con los marxistas ortodoxos para quienes la estructura económica es primordial. Posteriormente, vamos a aclarar el sentido en que tomarnos la palabra pueblo. Más allá del concepto tradicional en el que pueblo se identifica con la población total de un país, nosotros vamos a darle a la palabra pueblo una acepción más ideológica, la que refiere directamente a la condición de aquellos grupos marginados de la sociedad, los dominados y explotados por un sistema social existente, que para defender sus intereses tienen objetivamente que enfrentarse a la estructura social dominante. Esto nos conduce a la necesidad de establecer nuevas precisiones conceptuales. El poder nos aparece así como una fuente constante de marginación social. Al definir la democracia como un ideal social de participación popular, el fenómeno de la marginación social nos define las condiciones objetivas de la revolución popular: el conflicto de intereses.

En el capitulo quinto, vamos a ofrecer algunas consideraciones sobre la necesidad y las condiciones del cambio social radical. Empezaremos por definir conceptualmente lo que entendemos por revolución. Luego iremos haciendo algunas indicaciones sobre algunas de las condiciones del proceso revolucionario. Dicho proceso implica condiciones objetivas y subjetivas. Objetivamente, la revolución nos ubica en el conflicto social determinado por los intereses objetivos de los participantes. Subjetivamente, el proceso revolucionario depende del compromiso personal.

Aquí es necesario retomar la perspectiva moral del pensamiento socialcristiano, pero ubicándola en una dimensión histórica objetiva. Las exigencias del compromiso revolucionario nos llevan a la necesidad de aclarar una serie de fallas cometidas por los que se autodenominan a sí mismos como revolucionarios. Terminaremos con el análisis somero de las condiciones de la acción revolucionaria y de su respectiva estrategia.

Este capítulo dejará, en gran medida, el método descriptivo, para utilizar más los recursos reflexivos. Refleja, por consiguiente, la postura del autor y no la posición de la Democracia Cristiana. Casi podríamos decir que recoge lo que el autor espera que la Democracia Cristiana se plantee y ofrece algunas vías de orientación filosófica al respecto.

Como latinoamericano, espero que mis aportes y las críticas que hago a las incongruencias de la Democracia Cristiana, encuentren mayor acogida en nuestro continente que en la vieja Europa. En mis viajes por América Latina he constatado la profunda inquietud y las intenciones revolucionarias de muchos miembros de los Partidos Demócratas Cristianos. Para ellos escribo.

Mis críticas a las posiciones ideológicas de la Democracia Cristiana no afectan a los partidos y personajes que han tomado una posición más neta en la lucha popular. Cuando me refiero a la Democracia Cristiana sin más, no aludo a un partido específico y menos a cada uno de sus militantes, sino a la globalidad de los partidos adscritos a la Unión Mundial Demócrata Cristiana. Dentro de ella encontramos partidos que van en la línea de la búsqueda de una respuesta política a la verdadera lucha popular y partidos que la ignoran. Más aún, dentro de un mismo partido, existen personas y grupos que representan diferentes líneas en la acción, en la interpretación de la realidad y en el compromiso efectivo con el pueblo. Para los más progresistas espero ser un rayo de luz y de esperanza. Para los otros, confío en que mis críticas los hagan reflexionar.

Esta introducción tiene la intención fundamental de ubicar el problema a analizar en el presente estudio. La hipótesis general de la que partimos es que la Democracia Cristiana se ha contentado con formulaciones moralistas en su análisis social lo que la ha llevado a una acción ambigua en la política concreta. De esta hipótesis general se den van dos hipótesis especificas. En primer lugar, la concepción moralista de lo político ha llevado a la Democracia Cristiana a descuidar el análisis sociológico del conflicto social y a eludir el planteamiento realista de las incidencias del conflicto social en la definición de las metas políticas. En segundo lugar, la imposibilidad de ignorar totalmente la realidad del conflicto social ha forzado a muchos demócratas cristianos a tener que buscar apoyos foráneos en su búsqueda de orientación ante las exigencias políticas del conflicto social. Esto ha provocado una crisis, cuya solución depende del acierto con que la Democracia Cristiana logre definir una sociología del conflicto social acorde con sus principios doctrinarios.

Por la ausencia de una sociología del conflicto social compartida entre sus miembros, la Democracia Cristiana a nivel mundial se convierte en un movimiento político ideológicamente amorfo. Se suelen presentar así como planteamientos ideológicos una serie de reflexiones doctrinarias. Ciertamente, la Democracia Cristiana posee un planteamiento doctrinario, neto y definido. Pero, a nivel de la interpretación de la acción política concreta, carece de un análisis social y de un planteamiento ideológico preciso. Sus posiciones se vuelven terriblemente ambiguas en América Latina, donde los partidos v los dirigentes asumen diversas posiciones. En nuestro continente, la Democracia Cristiana ofrece un abanico desplegado de interpretaciones que cubren desde posiciones conservadoras, pasando por diversos matices de generosidad paternalista o socorrista, hasta llegar a afirmaciones y acciones profundamente revolucionarias.

Los Partidos Demócratas cristianos de América Latina suelen hablar de la revolución y definen un ideal de sociedad que llaman el comunitarismo o la sociedad comunitaria. Nuestro problema consiste en saber efectivamente lo que significan esos planteamientos en la dinámica social concreta.

El presidente actual de Venezuela, Luis Herrera Campins, en su discurso como secretario general de ODCA pronunciado en la instalación del Seminario ODCA CLAT realizado en enero de 1974, comentaba las vías posibles del cambio social enunciadas por los sindicalistas en sus documentos: la vía de la evolución, la vía de la reforma y la vía de la revolución. Después de caracterizar las dos primeras, indicaba:
‘‘La vía de la revolución, por el contrario es un cambio acelerado, profundo, planificado desde un punto de vista ideológico en cuanto a la obtención de objetivos estratégicos. Es un cambio popular, porque supone la participación organizada del pueblo. Y, al fin y al cabo, es un cambio global porque busca establecer una nueva sociedad. No es una vía necesariamente violenta, pero puede serlo, según las condiciones en que el proceso revolucionario se plantee”. [1]

Después de esta caracterización conceptual bastante generalizada en los ambientes demócratas cristianos de América Latina, Herrera Campins sostenía que no encontraba diferencia en cuanto al enfoque que hacían los sindicalistas y concluía diciendo que “no cabe duda de que unos y otros preferimos la última vía, por rápida, por acelerada, por planificada y por global. Y porque ofrece, necesita y clama por la participación social del pueblo. Mientras que la evolución no nos convence por su lentitud y la reforma no nos convence por su parcialidad”. [2]

Conceptualmente, el enfoque de Herrera Campins me parece correcto. Sin embargo, me surge inmediatamente una inquietud. ¿Esa definición de la importancia del proceso revolucionario es realmente la orientación efectiva de la acción de los Partidos Demócratas Cristianos de América Latina? La respuesta a esta pregunta no es clara. En el presente trabajo, pretendemos demostrar que, por ausencia de una sociología del conflicto social dicha afirmación se mantiene a un nivel de aspiraciones, pero que en la práctica política es más bien un recurso retórico que una clara orientación política.

En su pronunciamiento, Herrera Campins insiste en que la revolución tiende a constituir una nueva sociedad. En América Latina se suele usar el nombre de sociedad comunitaria o comunitarismo, para referirse a dicha organización social. Roberto Papini, conocido miembro del Instituto Internacional de Estudios Demócratas Cristianos, con sede en Roma, en un estudio reciente sobre la identidad de la Democracia Cristiana, resume en estos términos la sociedad comunitaria

"Las características principales del "proyecto comunitario" definidas por los teóricos demócratas cristianos de América Latina (con todas las diferencias existentes) pueden, de cierta manera, ser resumidas como sigue
a) la economía, que conserva el mercado, está subdividido en tres sectores; público (las empresas que tienen una importancia, estratégica para el país), privado (sobre todo el dominio de las pequeñas y medianas empresas): comunitario (las empresas que tienen un sistema de autogestión o de cogestión de los trabajadores). Los tres sectores son guiados por una planificación, democrática en su elaboración, pero, en ciertos dominios, imperativa en la ejecución (no hay acuerdo unánime con respecto a esta ejecución impuesta): el crédito debe estar, en la medida de lo posible, controlado por el organismo encargado de la planificación,
b) la organización social se funda sobre la promoción popular asegurada por las comunidades intermedias (desde los sindicatos hasta las juntas de vecinos y las organizaciones más diversas) que tienen un poder real en la sociedad (según el principio de subsidiariedad. el Estado debe delegarles el mayor número posible de competencias);
c) la formación cultural y el sistema escolar juegan un papel fundamental en la creación de nuevos valores comunitarios (típicos, por otra parte, de nuestra época) y en la formación del ente humano comunitario;
d) la información debe ser libre y el libre acceso a ella deberá ser garantizado a todos los ciudadanos;
e) la democracia debe promover los valores de la justicia y de la libertad: implica el pluralismo de los partidos y de las asociaciones libres; se basa así sobre una concepción frecuentemente "instrumentalista" del Estado;
f) en el plano internacional la personalidad de cada país debe ser respetada ("nacionalismo democrático") y la búsqueda de la paz no debe fundarse únicamente sobre acuerdos diplomáticos, sino, sobre todo, sobre la integración continental sobre la solidaridad entre los pueblos sobre bases culturales y sociales igualitarias (justo orden económico y social) y sobre el respeto de los derechos del hombre ". [3]

No intento, en este momento, discutir la corrección o incorrección del proyecto político propuesto. Me interesa más bien tratar de aclarar la vía de acceso a dicho modelo de sociedad. El problema que enfrentamos es un problema de coherencia en la acción. En América Latina, la mayoría de los demócratas cristianos afirman la necesidad de una revolución. Al hablar de ella presuponen en los partidos una voluntad política de provocar un cambio social radical que desemboque en un nuevo tipo de sociedad. Si analizamos las declaraciones de los partidos y de sus dirigentes, sobre todo los documentos internos que emulan entre los militantes (generalmente poligrafiados), sentimos un esfuerzo sincero, a nivel conceptual de definir un modelo de sociedad propio que permita un mayor respeto de la dignidad de la persona humana Pero, si analizamos la conducta efectiva de los partidos, encontramos una línea de acción muy discutible desde el punto de vista de una real revolución. Esta contradicción interna será el hilo conductor de nuestro planteamiento: la historia global de la Democracia Cristiana pesa, en forma muy importante, en los esfuerzos latinoamericanos por buscar nuevas vías y en los problemas que enfrentan dichos enfoques. Según el grado de ruptura que exista con respecto a la visión tradicional y la adopción, en el análisis político, del hecho de la lucha de clases, los planteamientos de los latinoamericanos difieren sustancialmente.

Roberto Papini, al analizar las nuevas vías, nos ofrece el siguiente cuadro:

“En su búsqueda teórica de la construcción del proyecto comunitario, los demócratas cristianos latinoamericanos están divididos al menos en tres corrientes (presentes en todos los partidos) que el pensador chileno Claudio Orrego Vicuña distingue así: un comunitarismo espiritualista, que no se refiere únicamente a las transformaciones socio-económicas de la sociedad, sino que pone igualmente el acento sobre la revolución moral para llegar a una sociedad fraternal de profundo contenido ético v humano; un comunitarismo que se preocupa principalmente del cambio de las estructuras económicas a través de la realización de la propiedad comunitaria; un socialismo tendiente a incluir el comunitarismo en la familia socialista. En nuestros días, esta distinción está, en realidad, pasada de moda por una bipolarización entre los demócratas cristianos que son, sobre todo, sensibles a las conquistas de la democracia (política y social) y aquellos que aceptan un análisis de la sociedad, fundado en la lucha de clases a nivel nacional e internacional y para el que la democracia es, en cierta medida, el punto de llegada de la liberación". [4]

Estas observaciones de Papini nos manifiestan el problema concreto. Algunos demócratas cristianos aceptan la lucha de clases. Pero, ¿cuál es su grado de influencia dentro de los partidos? ¿Hasta dónde no son más que pequeños grupos sin real poder político? Además, ¿que apoyo pueden tener a nivel internacional cuando la mayoría de los partidos siguen una visión tradicional? Para acercarnos a dicha problemática, vamos a empezar por ubicar la visión tradicional y desembocar luego en algunos de los planteamientos más abiertos a las nuevas perspectivas.



[1] INFORME ODCA, No. 4, febrero de 1974. Caracas, Venezuela. Luis Herrera Campins, “Introducción a la realidad política y social de América Latina", p. 82.
[2] INFORME ODCA, No. 4, febrero de 1974. Caracas, Venezuela. Luis Herrera Campins, “Introducción a la realidad política y social de América Latina", p. 82.
[3] PAPINI Roberto, Qelle identité pour la Démocratie Chretienne, (Institut International Démocrate Chrétien d’Etudes, Cahier 22 Roma, 1978. p. 48-49.
[4] PAPINI Roberto, Qelle identité pour la Démocratie Chretienne, (Institut International Démocrate Chrétien d’Etudes, Cahier22 Roma, 1978. p. 47.