Autor: Jaime González Dobles
¿A DÓNDE VAS, NATURALEZA LOCA?
¿A dónde vas, naturaleza loca?
Como el aire que respiro llegaste a mi vida.
Pasaste como el viento, llenando el universo.
Sonidos de pasiones despertaste en mi pecho.
Tus labios tiñeron con su vida mi existencia.
¿A dónde vas, naturaleza loca?
Frenético correr de mil humores,
lluvias y truenos destellaban en tus ojos.
Sonrisas infantiles anidaban en tu boca
como un suave remanso de aguas cristalinas.
¿A dónde vas, naturaleza loca?
Entre susurros y sollozos, floreció tu partida
en la tumba cultivada de un ayer ya silencioso.
Te fuiste como el ocaso con ecos de penumbra
sumiéndome en la noche, sin luna, sin estrellas.
¿A dónde vas, naturaleza loca?
En mis tristes entrañas dejaste dibujada
la solitaria presencia de tu fuego eterno.
Dejaste entre mis manos recuerdos de las tuyas
y en mis labios llora el ansia de besar.
¿A dónde vas, naturaleza loca?
Tus bellos y locos caprichos de cada día
sembraron con su paso las flores relucientes
del fugaz suspiro de un nuevo amanecer
con ansias puras de nunca olvidar.
¿A dónde vas, naturaleza loca?
Si te vas ¿por qué te quedas?
¿Por qué no te llevaste tu recuerdo?
¿Por qué dejaste clavado en mi desierto
el árbol del amor nacido muerto?
AMAR
Amar es entregarse sin reservas
queriendo lo que colme al ser amado
aunque nos parta el alma la tristeza
de sentirnos a veces olvidados.
Amar es vivir a manos llenas
brindando lo mejor de la existencia
a aquellos que nos traen la presencia
de un soplo angelical del infinito.
Amar es buscar la paz del alma
sabiendo que se entrega el ser entero
al prodigar con fervor sincero
cada instante, hasta la muerte.
Amar es vivir como ente humano
más allá del instinto y de la tierra,
clavando en la luz del firmamento
una estrella eterna de esperanza.
Amar es querer como te adoro
brindando lo mejor de la existencia.
Felicidad es saber que tú me amas
con la misma pasión con que te adoro.
AMÉN
Me quedé esperando la llegada de tu luz.
Pero no se disculpó. Se fue como un suspiro.
Yo también me fui como la noche oscura.
Sin pensar en nada, simplemente dije amén.
AQUÍ ESTOY YO
Sus ojos rasgaban el mundo de lo eterno
con el profundo remanso del color del sentimiento.
El azabache en sus pupilas murmuraba
las calladas canciones del espíritu humano
con arpegios de amor y de cariño.
El negro de sus ojos pintaba con gusto la vida
con una poesía velada que simplemente decía:
Aquí estoy yo.
Los militares que la abusaron y la mataron
trataron de callarla
pero su alma de india sigue gritando:
Aquí estoy yo.
ATARDECER DE JULIO
El sol cubre su lecho con celajes sonrojados.
Pinta las nubes del alma de suaves pinceladas.
Las altas montañas dibujan sus bellas siluetas
rasgando la penumbra con su pesado frescor.
Los bosques misteriosos reposan silenciosos,
arropados entre el verdor de sus ramas frágiles.
Las aguas cristalinas de mil pequeños arroyuelos
murmuran entre las piedras sus bellas melodías.
Los perros ya no ladran. Las aves se recogen.
Las reses solitarias fabrican su manada.
La naturaleza susurra tiernos cantos de amor,
con himnos de esperanza y remembranza.
El valle tranquilo se enciende y brilla
como un portal de luciérnagas y candilejas,
en el poema infinito de un atardecer de julio.
BENDICIÓN
Bendigo la vida porque existes tú.
Bendigo los bosques, reflejo de tus misterios,
insondable fantasía de sorpresas sin fin.
Bendigo los cielos que recuerdan
las estrellas de tus ojos y la luz de tu sonrisa.
Bendigo la vida porque existes tú.
Bendigo el grandioso torrente de tu carácter:
Aguas que embelesan, aguas que atormentan.
A veces son cristalinas, otras veces tumultuosas:
infinita variedad de tu presencia.
Bendigo la vida porque existes tú.
Nubes, ríos, mar y lagos hermosos.
Delicados riachuelos montesinos.
A ratos lagunas apacibles, o bien ríos torrenciales,
cascadas al infinito o quizás llantos de lluvia.
Bendigo la vida porque existes tú.
Bendigo las montañas, como delicados y erguidos senos
que surgen de las entrañas de tu maternidad.
Bendigo tus mariposas, tus aves, tus cachorros,
tu roble, tu nogal, tu cedro.
Bendigo la vida porque existes tú
Bendigo las flores que han plasmado
la suavidad de tu alma y el color de tu pasión.
Bendigo tus prados que alimentan con sus frutos
a ancianos tambaleantes y a niños balbucientes.
Bendigo la vida porque existes tú
Bendigo la generosidad de tu carácter,
tu sentido del humor y la belleza de tu alma.
En todo encuentro y veo la vida que luciste,
prodigando su riqueza como te prodigas tú.
CANTO EN LA NEBLINA
Mortecino color pinta el ambiente de tristeza
por la melancolía del ayer fenecido.
El firmamento con modorra vive su indiferencia,
sin luz, sin pasión, ni fulgor.
Un gris sucio de penumbra mancha la tarde
del alma que ya no vive su pasado.
Su neblina esconde el infinito.
Sus estrellas duermen roncando en el olvido.
Sus hojas amarillentas yacen muertas
en el césped de lo cotidiano.
Sus árboles desnudos meditan lentamente
al ritmo cadencioso de una brisa demasiado reposada.
Sólo se escucha en lontananza la música leve
de unas flautas que cantan en fugas escabrosas
la suave melodía del amor perdido.
La niebla se traga la luz, como un ogro de mil panzas,
rumiando en la oscuridad sentimientos desenfrenados,
meditaciones indecisas, recuerdos entremezclados
de incidentes, odios y amores vividos.
Mortecino color de melancolía pinta el ambiente
porque lo que fue ya no será,
porque tú ya no estás, ni yo tampoco.
DEDICATORIA
A aquella que con su vida
me iluminara la mía
a la visión querida
de la anciana Sofía
DES FLEURS FANÉES
La nuit voilée d’oscurs nuages
dort comme un cercueil pourrissant de mort,
sans lumière, sans étoiles.
Les fleurs fanées du froid de ta vie cubrent le sol d’un tapis funèbre.
Des feuilles mortes au vent d’automne
gifflen les branches nues des arbres de mon jardin sentimental.
Je suis là silencieux, regardant l’horizon oscur, impénétrable,
déchirant mon coeur comme un spadassin
qui coupe une à une mes attaches à la vie.
Le vent siffle sur les arbres une mélodie lointaine
des souvenirs moribonds.
C’est la voix rauque d’une âme qui pleure
sur le tombeau de son bonheur perdu
comme une étoile morte dans le ciel infini,
sans haine, sans espoir, ornée de fleurs fanées.
24-01-64
DESNUDEZ
Tu cuerpo desnudo descubre su libertad
cubriéndola de inocencia.
La delicadez de tu cuerpo de mujer ardiente
acoge y embelesa, gime y se estremece.
Es música de notas suaves y ondulantes
donde baila la luz sus bellas melodías.
Es poesía de dulces y tiernas caricias,
sin falsas vestimentas, sin mentiras ni temores.
Con palpitantes pasiones, tu cuerpo desnudo
se baña en la inocencia del amor sincero.
GOLONDRINA VIAJERA
Te vas como viniste, con aires de sorpresa,
a buscar calor ardiente en tus tierras sureñas.
Pasaste revoloteando, golondrina viajera.
Dejaste en mi cielo dibujado tu capricho,
sembrando a tu paso flores de un día,
recuerdos de momentos dulces,
nostalgias de ilusiones muertas.
Te vas al fin como viniste, golondrina viajera.
Pero mi invierno se hiela con tu ausencia.
La frialdad de tu nieve cubre así mis prados,
tiñéndolos de un blanco indiferente.
Otras tierras te acogerán,
otros cielos contemplarán tu volar caprichoso.
Pero mi alma mantiene el fuego del hogar soñado.
Abriga el recuerdo de tu paso veleidoso,
esperando la vuelta siempre añorada
de otra primavera hermosa
en que vuelvan a revolotear tus fogosas golondrinas.
HASTÍO
Borracho de pasiones languidece mi cuerpo
curvado bajo el peso del hastío,
buscando en el olvido la paz soñada.
Los ojos decaídos, el dorso encorvado, la mirada triste
y los labios cerrados golpean mi ser adolorido.
Borracha de pasiones duerme mi alma
aspirando con nostalgia tus recuerdos.
Destellos de esperanza, tormentas de cansancio,
solitaria tristeza de las horas vacías.
Borracha de pasiones fenece mi existencia,
gritando en su agonía:
¿dónde te hallas, vida mía?
INSENSATEZ
El pensar prudente me dice que no ame
pues a mí no me has querido como te quise yo.
Me pide que te olvide y defienda lo poco de mi vida,
clavando en el recuerdo mi apasionado amor.
La mente más prudente me dice cosas cuerdas.
Pero son palabras secas, sin vida, ni calor.
El ser de carne y hueso, el hombre que hay en mí,
ofende la prudencia, combate la cordura y defiendo la pasión.
Disfruta su alegría, afronta sus pesares,
y baña en sentimientos los rincones de su ser.
El pensar prudente vive sólo la razón,
mas e1 ser de carne y hueso vive aun la sinrazón.
LLUVIA DE PASIÓN
Con un amor perdido, el mundo vaga inútilmente
de la paz al temor, de la ternura al dolor.
El mundo cruje, los cielos escupen.
Sus truenos retumban y estremecen la tierra.
Las nubes del corazón se resienten de sus rayos.
Los ríos de pasión flagelan sus laderas.
Sus gotas de rencor golpean el alma,
con furia, con empeño, con terror.
Henchidos de tristeza por el amor perdido,
crujen los cielos, retumba la tierra,
porque el dios resentido está celoso
de la paz de primavera.
MAR PROFUNDO
Verás el agua correr por todas partes,
brotando de las fuentes, crispando cataratas,
golpeando furiosas las laderas o inundando gozosas las llanuras.
Pero en ninguna encontrarás la profundidad del mar.
Más allá del bullicio y del ornato,
más allá de fugaces sentimientos,
superando torbellinos de pasiones,
encontrarás la solidez de mi cariño,
acogerte como un mar abierto, bañado de infinito y de ternura.
MELODÍA LEJANA
La noche cubierta con su manto de pesadas y oscuras nubes,
duerme como una vieja tumba despintada y sin flores.
Las hojas muertas de frío, cubren el duro suelo
como un fúnebre tapiz de alegorías de muerte.
El viento fuerte del otoño azota las desnudas ramas.
El alma silenciosa mirando el horizonte
oscuro impenetrable, sin luna, sin estrellas.
El alma adolorada, flagela sus entrañas,
desgarrando uno a uno los lazos y apegos de la vida.
El viento silba entre los árboles
melodías lejanas de recuerdos moribundos.
Es la voz ronca del alma
que llora sobre la tumba de su felicidad perdida,
como una estrella muerta en el cielo infinito,
sin odios ni esperanzas, cubierto de flores marchitas
MUNDO FELIZ
Mundo feliz, vacío de vida, tu rutina sin alma, sin aliento,
solo mira en cada instante el ritmo loco del papel.
Hecho de notas y expedientes, de gigantismo y funciones
donde el hombre es un fantasma y lo humano muchas cifras.
Feliz mundo del burócrata, reino de lo impersonal,
de mecanismos cerrados, de teléfonos y archivadores,
de escritorios y oficinas.
En tus pesados archivos está todo lo que fue
reducido a hojas muertas.
Cada empleado es una pieza, el problema un expediente
y el paciente muchas notas.
Simples flores de papel manchadas de tinta negra
que adornan austeramente la tumba de lo incumplido.
Feliz mundo del burócrata,
donde el hombre es un fantasma y lo humano muchas cifras.
NOSTALGIA
Corres en mí como brisa marina
que mece las ramas de mis pensamientos.
Pero clama en su silencio mi amor callado
robándole al alma su sentimiento.
Silbidos de viento, cantares eternos, vibrando entre las hojas.
Eres canto sin palabras, susurros del amor en mis entrañas.
PASASTE COMO EL VIENT0
Pasaste corno el viento sembrando a tu paso tempestades
silbando entre los árboles canciones desesperadas.
Pasaste como el viento juguetón y caprichoso,
sembrando en mi corazón una mítica añoranza.
Te fuiste como el recuerdo dejando una suave brisa.
Tu luz solo es una estrella que adorna mi firmamento.
Ha vuelto la paz del alma.
PEÑÓN DEL ORGULL0
Peñasco solitario minado por las olas,
batido por la lluvia y por el viento,
sobre tus vetustas piedras
anidan las gaviotas como flores de un día.
Rocoso peñón, clavado en el mar,
le cantas a la luna en las noches serenas
y en las horas oscuras, te yergues siniestro,
como una obsesión.
Peñasco sin vida, henchido de orgullo,
sobre tus mojadas rocas se curvan los años
ahogándose al vaivén de las ondas eternas.
Peñasco sin vida, vacío y solitario,
vives sin vivir
sumido en la frialdad insulsa de tu orgullo.
PEREGRINAJE
Mi vida peregrina viajaba en el desierto,
sin agua, ni alimento, sin rumbo, ni destino.
Mi vida solitaria vagaba en la penumbra,
sin luz, sin sentimiento, sin gloria, ni pasión.
Mi vida taciturna contemplaba el ocaso
llorando en el silencio su sino y su dolor.
Mi alma casi muerta resucitó a la vida
cuando entre mis pesares apareciste tú.
Tu rostro de chiquilla radiante de alegría
le devolvió a mi vida las ansias de vivir.
Bebí entra tus miradas el néctar del ensueño.
La luz fue sentimiento vibrante de ilusión.
La noche se hizo aurora. El día se hizo vida.
Los ramos florecieron con el calor del sol.
Mi vida peregrina bendice tu presencia,
estrella de la noche, juguete del azar,
pues llevo en mis entrañas
la luz de tu recuerdo y el germen del amor.
PLEGARIA
Pídele a Dios que no sepas lo que es rodar por el suelo
después de ahogar en el vino las penas del desconsuelo,
lo que es sentir que se escapan entre los dedos abiertos
los goces de ayeres muertos.
Pídele a Dios que no sepas lo que es sufrir en silencio
sumido en el vacío del recuerdo
mientras e1 cielo baldío reposa en su indiferencia
burlándose de una existencia
que gime en la noche oscura
sin pasado, ni presente, sin futuro, ni ventura.
QUI ES-TU?
Qui es-tu? D’où viens-tu?
Je n’en sais rien. Tu es comme une ombre.
Quand je te vois passer, il me semble te connaître:
Ta silhouette, ta façon de marcher,
tes beaux yeux mélancoliques.
Tout me parle d’un mystère que je voudrais percer.
Et je te regarde.
Je voudrais te parler, et je n’ose pas.
Fais-je l’idiot? J’en peux rien.
Tu es loin même si tu es là.
Ta beauté me tourmente quand je te regarde
Car elle cache comme un voile ton âme.
Je voudrais te parler, et tu n’es plus là.
Le temps s’écoule et la vie meurt.
Tu t’en vas et moi aussi.
Mais je ne vais pas seul.
Je garde dans mon coeur ton souvenir.
Où vas tu? Je n’en sais rien.
Les jours s’en vont, les nuits passent
Et je me demande encore: Qui es-tu?
7-10-62
RECUERDOS DE XELAJÚ
A la india más hermosa quiero cantar mi tonada
hecha de telas de ensueño y baratijas plateadas.
Mi indita de Xelajú baila al son de la marimba
arrastrando en cada nota
el dulce canto de una tonada de ayer.
Su vida es un gran tejido en donde corren las cosas
con la tensión del hilado y la pasión del color.
Sus senos son dos volcanes erguidos y desafiantes
y su alma una laguna rodeada de bellas lomas.
Sus cabellos no tan largos como los tuvo su abuela
enmarcan los ojos tristes
que tiñen todo el paisaje del color de madre selva.
Mi indita de Xelajú baila al son
de guitarras y marimbas.
Yo la miro. Ella sonríe. Yo le canto. Ella me mira…
Y cuando los dos nos miramos
brilla el sol del Altiplano.
REQUIEM
Son horas muertas, muertas de hastío,
las que se empilan en mi memoria,
riendo como caretas sucias de tiempo.
Las miro silencioso, las veo somnoliento
sin saber si me miran o las miro,
escuchando entre las ruinas su sarcasmo
que canta a media voz con dejo lastimero:
¡Oh serena soledad de la nostalgia!
¡Oh triste canto del recuerdo!
Embriagad con vuestro néctar
la pasión que se niega a fenecer.
RITMO CARIBE
Ritmo en torrentes festeja la noche oscura.
Placeres desenfrenados anidan en el ambiente.
Siguen el vaivén alegre de tambores y trompetas.
Retuercen su negro encanto entre mambos y merengues.
De un trópico vivo y eterno sacaron su inspiración.
Su música inunda toda la noche marina
con un ambiente de sensuales ilusiones
y el furor de la imponencia caribeña.
Al cubrirse de misterio, su alegría tropical
le arrebata al océano su insondable pasión.
Entre compás y compás, escalando los arpegios,
su danza estrangula los fuertes quejidos marinos.
Sus notas bailan en sus tiernas melodías.
Cantan en goces sus placeres, gimen en llanto sus pesares.
Las flautas fascinadas murmuran de sus encantos.
Los tambores fungen con ensueños de placer.
Los cuerpos replican al redoblar de sus notas
con sus ritmos, cantos y silencios.
Ronca la orquesta su sinfonía de gozo y placer.
El trópico eterno se cubre de misterios
mientras la orquesta suelta las melodías
del placer ardiente de la música caribeña.
Bailan airosas las parejas
superando el caminar agotado
de los ancianos esclavos.
Expresan su sentimiento, su gozo y su dolor.
Cantan el sonido de la danza interminable
del sentido y el recuerdo de su rico pasado.
Al son melódico del eterno merengue
Tú también arrastras tus pies y tu figura
en la penumbra fugaz de la noche oscura.
Tus curvas de mujer ardiente dejan a su paso
recuerdos de incitante hermosura.
Mis ojos bailan al son de tus caderas,
ritmos, noches e ilusiones.
Reflejan la dulzura de tu bello corazón.
Mis pies siguen buscando tus secretos.
Como el clamor de las olas mis labios buscan los tuyos
y mis manos se estremecen sobre tus erguidos senos.
Mis dedos se abren en signo de ternura,
henchidos por todo el fuego de tu pasión.
SOMBRAS
Ayer te vi pasar como sombra fugaz.
Tu cabello ondulante jugaba con el viento,
sin rumbo, sin destino.
¿De dónde venías ? No lo se.
¿A dónde ibas? No lo se.
Rasgando la penumbra, tu bella silueta de mujer
arrebataba a la noche sus secretos, sus misterios,
¿Quién eras? No lo se.
¿Qué eras? No lo sé.
Tan sólo te diré que te recuerdo,
como una sombra sin vida,
como una vida sin sombras,
veleidosa presencia de la feminidad.
SONATA EN FUGA
Huyo de tí, huyo de mí, huyo de todo.
Cuando estoy conmigo no estoy solo.
Me acompaña tu mítica presencia.
Y si otra mujer me brinda sus caricias
me vengo entre sus besos de tu ausencia.
Huyo de tí, huyo de mí, huyo de todo.
Recorro alocado el universo
tratando de encontrar algún refugio
pero llevo clavado en mis adentros
la infinita sinfonía de tus versos.
Huyo de tí, huyo de mí, huyo de todo.
Me anego en el océano del recuerdo.
Naufrago en el vacío del silencio
Tratando de olvidar en el bullicio
la triste soledad del desensaño.
Huyo de tí, huyo de mí, huyo de todo.
TINIEBLAS
Cubierta con su manto de pesadas y oscuras nubes,
la noche duerme como una vieja tumba despintada y sin flores.
Las hojas muertas de frío cubren el duro suelo
como un fúnebre tapiz de alegorías de muerte.
El viento fuerte de otoño azota las desnudas ramas.
El alma silenciosa mira pasiva el horizonte
oscuro, impenetrable, sin luna, sin estrellas.
El alma adolorida flagela sus entrañas,
desgarrando uno a uno los lazos y apegos de la vida.
El viento silba entre los árboles
melodías lejanas de recuerdos moribundos.
Es la voz ronca del alma que llora
sobre la tumba de su felicidad perdida,
como una estrella muerta en el cielo infinito,
sin odios ni esperanzas, cubierta de flores marchitas.
TU MIRADA
El mundo en tu mirada engendra la belleza.
Las flores son colores en céfira armonía.
Las nubes son risueñas caricias de los cielos.
El mundo en tu mirada, sonríe, vivifica.
Los árboles son fuertes baluartes del empeño.
Los ríos son sinuosos y veloces bailarines.
El mundo en tu mirada arrulla con ternura.
Como el trino de aves que cantan a sus pequeños
el mundo en tu mirada deleita a los humanos.
Sonríe y vivifica el canto del amor.
VERDOR
No dejes que las flores de tu alma se pudran entre espinas
ni que la sequía de la soledad engendre un duro desierto.
Riega con cuidado y con tu amor
las pequeñas plantas que nacen en tu corazón y en el ajeno.
Cúbrelas con el tierno color que viene de la pureza.
Píntalas con el verdor que da la fuente de la alegría.
No dejes que tus aguas cristalinas
generen odios tontos y rencores.
No dejes que el duro paso del tiempo
marchite la luz de tu existencia.
Enséñala a amar la vida
abriendo siempre el corazón
con pureza y con verdor.
VIVIR LA VIDA
No rumies nunca tus recuerdos
clava tu mirada en lontananza
busca siempre el horizonte eterno
tiñendo la existencia de esperanza.
No vivas nunca en el pasado
pues los momentos que se han ido
entierran en su tumba lo acabado
borrando con los años su sentido.
Sepulta las flores marchitas del antaño
cúbrelas con su color de tierra
y alimenta con cándida paciencia
los retoños de nuevas esperanzas.
Canta, grita, ama y siente
Derrama en cada instante tus pasiones
Disfrutando la vida a manos llenas
En los valles y en los montes,
en las playas y en las selvas,
en cada rincón del universo,
aprieta entre tus manos los instantes
y destila con ahínco su dulzura.
No vagues nunca como un muerto
que no siente la pasión del infinito.
Tiñe de azul los cielos y los mares
pinta de verde a los arbustos,
sonríe con el rojo de las frutas
y lleva tu color a todo el mundo.
Sobrepasa en tu vuelo a las estrellas
Y húndete en la mansión celeste
de los dioses y los ideales grandes.
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