DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA CLAT
Autor: Jaime González Dobles | Extracto de El Movimiento de los Trabajadores
La Declaración de Principios de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) ofrece una visión sintética de la relación del Movimiento de los Trabajadores con la paz, al señalar que “la solidaridad internacional del mundo del trabajo es la exigencia de luchar por un mundo, a la vez más universal, más justo y más humano". Pero esta meta implica una concepción integral del problema ya que “hace falta una solidaridad mundial, de la comunidad de todos los pueblos del mundo que deben comprender que ya no puede haber desarrollo, ni paz, ni progreso para unos pocos países privilegiados, si no hay desarrollo, paz y progreso para todos sin ninguna discriminación".
Al reconocer así la autodeterminación de los pueblos y la necesaria solidaridad en la constitución de la paz como fruto de la justicia entre todos los entes humanos de la tierra, la CLAT rechaza el imperialismo, el colonialismo, el armamentismo, el absolutismo, el racismo, la tecnocracia enajenante y las demás manifestaciones del desequilibrio internacional que impiden el progreso de la paz. Desde esta perspectiva, el mensaje de la CLAT se resume en estas palabras:
"Solamente se logrará la paz en la medida que se superen las diferencias existentes entre los países ricos y los países pobres y entre las minorías privilegiadas y las grandes mayorías marginadas de nuestras sociedades injustas.
"No habrá paz mientras no se cambie el actual sistema de violencias que se aplican contra las mayorías populares por parte de grupos oligárquicos que quieren seguir conservando
sus privilegios. No habrá paz mientras exista hambre, miseria, explotación del ente humano por el dinero, represión y dictadura.
"El nuevo nombre de la paz es el desarrollo integral. Pero el desarrollo integral solamente será fruto de la liberación y de la revolución de los pueblos para tomar en sus manos su propio destino. El camino de la paz pasa en América Latina por el camino de la revolución y en el mundo por el camino de una efectiva justicia internacional".
La acción del Movimiento de los trabajadores debe prolongarse en líneas de continuidad y de profunda coherencia, desde lo local hasta lo internacional, para crear un mundo nuevo con un orden adecuado en lo económico, lo político, lo social y lo cultural, como garantía efectiva de la construcción de la paz.
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